El Vaticano: verifican que la Puerta Santa de San Pedro está lista para el Jubileo
- 3 de diciembre, 2024
- Ciudad del Vaticano (AICA)
Con el rito de la "recognitio" se corroboró que su estado es igual a cuando se cerró tras el último Jubileo y, por tanto, que está preparada para ser reabierta el 24 de diciembre.
En la noche del 2 de diciembre, tuvo lugar en la basílica de San Pedro el rito de la recognitio ("verificación", en latín), una tradicional ceremonia destinada a verificar y comprobar que la Puerta Santa, cerrada durante el último Año Santo, está intacta, sellada y lista para ser reabierta al inicio del nuevo Jubileo 2025.
La recognitio -informa la Oficina de Prensa de la Santa Sede- fue iniciada con una oración del cardenal arcipreste Mauro Gambetti. Acto seguido, el mismo Gambetti encabezó una procesión que, mientras se cantaban las letanías de los santos, avanzaba desde la Puerta Santa hasta el Altar de la Confesión, donde se detuvieron los presentes para un momento de oración.
Los llamados sampietrini, el personal de la Fabrica de San Pedro -formado por carpinteros, ebanistas y electricistas- que normalmente se ocupa del mantenimiento de la basílica, armados con un martillo y un cincel, hicieron un agujero en el muro que sella la Puerta Santa desde el interior de la basílica.
A continuación, se extrajo la caja de metal que allí se custodiaba desde la clausura del pasado Jubileo, el de la Misericordia, iniciado el 20 de noviembre de 2016. Allí estaban conservados los documentos del último Año Santo, el pergamino del Rogito con el que se certificó su cierre, cuatro ladrillos dorados y algunas medallas conmemorativas, entre ellas las de los pontificados de Francisco, Benedicto XVI y Juan Pablo II.
Además, también estaba guardada la llave que permitirá abrir la Puerta Santa la tarde del próximo 24 de diciembre.
Estuvieron presentes en el acto el proprefecto del Dicasterio para la Evangelización, Rino Fisichella y el maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, el arzobispo Diego Ravelli, que después entregarán al Papa Francisco los documentos y objetos de la caja.
Esta tarde tendrá lugar la misma ceremonia para la Puerta Santa de la basílica de San Juan de Letrán. Por otra parte, el rito de la recognitio se celebrará el jueves en la basílica de San Pablo Extramuros y, el viernes, en la de Santa María la Mayor.
La peregrinación hacia las Puertas Santas es un acto central del Jubileo. El paso a través de ellas durante el Año Santo simboliza la entrada en una nueva vida en Cristo y el inicio de un camino de conversión.
Una ceremonia cargada de significado
El Año Jubilar, uno de los acontecimientos más esperados y trascendentales de la Iglesia Católica, está marcado por diferentes ceremonias solemnes con siglos de tradición.
En 1499, el Papa Alejandro VI quiso definir las normas ceremoniales del Jubileo. Esta tarea se la encargó al entonces maestro de ceremonias, Johannes Bruckard, quien estableció diferentes ritos que continúan celebrándose en la actualidad, aunque con algunas variaciones.
Desde el Jubileo de 1500 y hasta el de 1975, era el pontífice quien iniciaba el derribo del muro que cerraba la Puerta Santa. Con un martillo, elaborado con oro y después con plata, golpeaba la pared 3 veces de forma simbólica. Posteriormente, los albañiles se encargaban de demolerlo por completo.
El muro solía estar cubierto a su vez por una sencilla puerta de madera, que se retiraba y volvía a colocar al inicio y en la conclusión de cada Año Santo. Sin embargo, el 24 de diciembre de 1949 se sustituyó por una puerta de bronce bendecida por el Papa Pío XII.
A partir del Jubileo de 1975 el rito de clausura de la Puerta Santa se modificó. El era el último en pasar por la puerta, tras lo cual se limitaba a cerrar sus dos hojas.
Después, se leía el pergamino en el que constaba la apertura y clausura del Año Santo. Ese pergamino, junto con monedas y las llaves de la puerta, se colocaban dentro de un cofre de bronce. Hecho lo anterior, el papa celebraba la Santa Misa.
Posteriormente se levantaba un muro de ladrillos en la parte interior de la puerta, en donde se colocaba el cofre de bronce.
Esta ceremonia se hacía también en las otras tres basílicas papeles por un cardenal legado en los días previos.
En el Jubileo del año 2000, que fue clausurado el 6 de enero de 2001, en la Basílica de San Pedro se levantó una pared con 4.000 ladrillos que tenían una inscripción en latín con el nombre del papa así como la fecha del año santo. También se colocaron tres ladrillos dorados con el escudo de armas de san Juan Pablo II. Dentro se introdujo una urna de bronce que contenía una medalla de oro del vigesimotercer aniversario del pontificado de Juan Pablo II, 23 monedas de plata correspondientes a los veintitrés años del papado y 17 monedas de bronce que conmemoraban los años transcurridos desde el último jubileo. En el lugar en donde se colocó el cofre se trazó una cruz que indicaba el lugar en donde se encontraba.
En las otras tres basílicas papales se levantó también un muro con ladrillos que llevaban una inscripción en latín con el nombre del cardenal legado que cerró la puerta, así como la fecha del Año Santo. Dentro de cada muro se colocaron cofres con idéntico contenido, aunque realizados por otros artistas.
Durante los Jubileos del siglo XX, se consolidaron cada uno de los pasos que conforman el rito de la recognitio. Entre ellos, se encuentra la demolición del muro, la recuperación de los objetos simbólicos y la procesión solemne con cánticos litúrgicos.+