Francisco recordó que la ayuda también puede ser una mirada fraterna o una escucha sincera

  • 8 de noviembre, 2024
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Destacó también la importancia de una simple sonrisa, un gesto de amistad o un servicio gratuito, al recibir en audiencia a los voluntarios y a los sin techo del grupo Begegnung im Zentrum, de Viena.

"Somos hermanos y hermanas, somos hijos de un solo Padre: esto nos une a todos": tal fue lo primero que el Papa Francisco subrayó a los voluntarios y a los sin techo del grupo Begegnung im Zentrum, llegados desde Viena para encontrarse con él, en la audiencia concedida en la Sala de los Papas del Palacio Apostólico.

Un grupo de personas de varias nacionalidades y diferentes confesiones religiosas que se unen para ayudarse mutuamente y compartir "lo que cada uno puede ofrecer": una realidad de la que el Papa se alegra, destacando cuánto se enriquece cada uno en comunidad.

"No es verdad que unos dan y otros sólo reciben: todos somos dadores y receptores -todos-, ya que nos necesitamos unos a otros y estamos llamados a enriquecernos mutuamente. Y recordemos que esto no ocurre sólo con los dones materiales, sino también con una simple sonrisa, un gesto de amistad, una mirada fraterna, una escucha sincera, un servicio gratuito", subrayó el pontífice.

En su breve saludo, Francisco exhortó a "amarse unos a otros como Él nos ha amado", y a dar gracias a Dios "por el don de su amor, que nos llega también a través de las personas buenas que nos rodean".

"El Señor nos ama más allá de todos los límites y dificultades. Cada uno de nosotros es único a sus ojos y Él nunca se olvida de nosotros", sostuvo.

Antes de despedirse, el Papa dirigió a todos otra invitación: la de buscar siempre, "como hermanos y hermanas", hacer de la propia vida "un don para los demás".+