Rosario: Mons. Martín ordenó dos presbíteros y un diácono

  • 7 de noviembre, 2024
  • Rosario (Santa Fe) (AICA)
El arzobispo presidió, el viernes 1 de noviembre, la ordenación sacerdotal de Agustín Clavel y Cristian Tejada, y la ordenación diaconal de Juan González, todos pertenecientes al Instituto Cristo Rey.

El arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Eliseo Martín, presidió, el viernes 1º de noviembre, la ordenación sacerdotal de los diáconos Agustín Sebastián Clavel CR y Cristian Daniel Tejada CR, y la ordenación diaconal del hermano Juan Martín González CR, todos pertenecientes al Instituto Cristo Rey, en la parroquia María Auxiliadora de esa ciudad santafesina.

En su homilía, el prelado destacó: "Hoy, en esta celebración de Todos los Santos, se renueva en nosotros el deseo de la santidad, el hambre y la sed de Dios. Esto constituye lo que más necesitamos: ser de Dios. Porque estamos hechos para Dios, y entonces solo Él puede satisfacer esta hambre de felicidad".

A su vez, recordó que "nuestra vida no está en nuestras manos, sino solo en manos de Dios, y por eso este día de los Santos renueva en nosotros -o despierta en nosotros, si alguno lo tiene dormido- este anhelo de la santidad, de alcanzar la felicidad sin fin. Y por eso trabajamos y por eso caminamos juntos, como Iglesia, hacia la meta del cielo". Y advirtió: "Esta aventura de la vida cristiana no se puede transitar solos, aislados; se necesita la gran barca de la Iglesia, de la gran comunión de los cristianos".

Centrándose en la celebración de ordenación, recordó acto seguido que "el Señor nos asegura a todos la posibilidad real de alcanzar la salvación a través de sus ministros. Una palabra común para los tres ordenandos sería la de ser servidores. No es una potestad para creerse en un lugar superior, sino como dice Jesús: 'El que quiera ser el primero, que se haga el último, el servidor de todos'".


Por eso, animó a "sentirnos siempre al servicio del pueblo santo de Dios, estar al servicio de este pueblo en las cosas de Dios. Él es fiel y Él completará en ustedes la obra que ha comenzado de la confianza, la entrega al Señor, para que puedan llevar a cabo esta obra buena".

Aunque advirtió también que Dios "también reclama una total dedicación al Señor", y añadió: "No se puede andar con el corazón dividido, no se puede hablar con dos amores; solo un amor y para siempre.

El prelado concluyó con una recomendación: "Entregarse en cada Eucaristía al Señor y conformar la vida con el misterio de la Cruz del Señor. La cruz es salvación, no puede haber vida cristiana sin abrazar la cruz. No se olviden de esto, porque es en esa entrega confiada al Señor a través de las circunstancias de la vida y en cómo Él nos abraza, que se pueden vivir con alegría nuestras entregas, para poder vivir con gozo todas las cosas".+