El obispo de Catamarca presidió la misa por los Fieles Difuntos en el cementerio municipal
- 4 de noviembre, 2024
- San Fernando del Valle de Catamarca (AICA)
Un buen número de personas colmó el templo de la necrópolis para participar de la celebración. Los integrantes de la Pastoral del Duelo llevaron hasta el altar las intenciones recolectadas.
El sábado 2 de noviembre, monseñor Luis Urbanc, obispo de Catamarca, presidió la misa por los fieles difuntos en la capilla del cementerio municipal Fray Mamerto Esquiú, ubicado en la capital provincial.
Un buen número de personas colmó el templo para participar de la celebración eucarística, mientras que los integrantes de la Pastoral del Duelo recibieron de los presentes las intenciones que luego se presentaron ante altar, además de ofrecer su servicio durante el desarrollo de la liturgia.
En el inicio de su homilía, el prelado explicó que, "en este día, se puede conseguir la gracia de una indulgencia plenaria por un alma que está en el purgatorio. Para eso, es necesario estar en gracia de Dios, participar de la misa y comulgar, visitar el cementerio y rezar por las intenciones del Papa un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria. Esta gracia de la indulgencia la podemos recibir a lo largo de esta semana".
Luego, reflexionó sobre la Resurrección afirmando: "Nos hemos congregado para rezar por todos nuestros difuntos, aquellos que conocemos y aquellos que no conocemos, y sobre todo por aquellos por quienes nadie reza. Y venimos acá porque creemos que Cristo murió y resucitó. La escena es por demás contundente: llega un grupo de mujeres a ver la tumba donde han enterrado a Jesús y ven que la piedra que tapaba la tumba está corrida, ingresan y la encuentran vacía. En eso, aparecen dos personas vestidas de blanco, deslumbrantes, que nosotros decimos que eran ángeles. Y ellos les preguntan: '¿Por qué están con esa cara?, ¿por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado'".
A su vez, expresó que "el mensaje central de la fe cristiana está expresado acá. Si venimos acá es porque creemos en la Resurrección, porque creemos que Jesucristo está vivo, que ha vencido a la muerte, y entonces tenemos esa fe firme. Por eso, rezamos por los difuntos, pedimos que ellos puedan estar en la gloria con Dios".
"Siempre que vemos a Cristo Crucificado, eso nos muestra el amor que Dios nos tiene, ya que ha dado la vida por nosotros y nos da su Vida. Y esa Vida la recibimos escuchando su Palabra y comulgando su Cuerpo. Esa Vida de Jesús acontece en cada uno de nosotros", manifestó.
Por ello, señaló que "el mensaje de hoy es la Resurrección, que Cristo está vivo; y, por eso, todo lo que hacemos tiene sentido, tiene sentido nuestro dolor, nuestra alegría, nuestro esfuerzo y sacrificio, todo tiene sentido, si nos unimos a Cristo Resucitado".
Hacia el final de su mensaje, invitó a que "pidamos hoy, de un modo especial, por aquellos que no creen, y para que nosotros tengamos una fe viva, una esperanza auténtica para poder llegar un día al Cielo".
Luego de la comunión, el obispo impartió la bendición final a todos los presentes y para todos los fieles difuntos.
El presbítero Marcelo Amaya, capellán del lugar, atendió las confesiones de numerosos fieles. Luego, a las 11.15, celebró la tercera misa de esa jornada, dedicada a conmemorar a los seres queridos y a todos los fieles que ya partieron a la Casa del Padre; por su parte, el presbítero Rogelio Suárez había presidido la primera celebración eucarística, a hora temprana.+