Mons. Araya: 'Cristo es el punto de referencia del educador cristiano'

  • 1 de noviembre, 2024
  • Cruz del Eje (Córdoba) (AICA)
A través de una carta, el obispo de Cruz del Eje pidió a los docentes y directivos de las escuelas diocesanas "acompañar a nuestros chicos y chicas al encuentro con Cristo: Camino, Verdad y Vida".

Luego de celebrar los 60 años de la fundación de la diócesis de Cruz del Eje, el obispo local, monseñor Ricardo Araya, envió una carta a los docentes y directivos de los colegios diocesanos, para la cual tomó algunos pensamientos de San Juan Pablo II sobre la acción de educar.

El prelado manifestó que la acción de educar "tiene como objetivo fundamental que cada persona "pueda 'ser' más, y no sólo que pueda 'tener' más (tener más conocimientos, más oportunidades). ¡Ser más! En todo caso que, con lo que se tiene, aprenda a ser más buena persona, más humano".

"Deseo pedirles a todos los educadores de las escuelas diocesanas -dijo- que sean cada día más conscientes y responsables de la misión que los padres les han confiado. Los padres han depositado en ustedes su confianza. La Iglesia diocesana los llama a ser cooperadores en una de las prioridades pastorales que tiene como Iglesia local: los jóvenes. Formar y acompañar a los jóvenes, para que sean constructores de su propia dignidad humana, fundamento de toda vida cristiana".

Con la sabiduría y creatividad de los verdaderos profetas
Aseguró que "esto requiere ofrecer determinados conocimientos, pero con la sabiduría y la creatividad de los verdaderos profetas; sobre todo, en el momento de la catequesis. Conscientes de tener la oportunidad y gracia de educar y formar personas para un tiempo que no será de ustedes, como hacen los padres de familia".

Además, monseñor Araya subrayó: "Como trabajadores en la escuela, ustedes experimentan las graves dificultades de este tiempo. Todos conocemos jóvenes hundidos, amenazados, aplastados por un mundo distinto y complejo, sin escala de valores, con falta de sentido de la vida. Jóvenes superados por la pobreza, el exceso de informaciones contradictorias, el consumo, los suicidios, la incertidumbre del futuro, la devaluación del amor y la posibilidad de una vida estéril. Todo esto tiene que ver con la crisis de la familia y de la escuela".

Jóvenes con ganas de ser respetados y acompañados
"Sin embargo -aseguró- no faltan hoy jóvenes auténticamente sensibles a los valores espirituales, con capacidad de ser solidarios, con aprecio por lo justo y el cuidado de la tierra y la naturaleza; con ganas de recibir apoyo y ayuda en su proceso de maduración como personas".

"En este mundo complejo. Cristo quiere estar de nuevo presente con toda la fuerza de su amor transformador. Cristo quiere salir al encuentro de los jóvenes, quiere llegar a los jóvenes con la mediación de verdaderos maestros. Esos que saben sacar del corazón de Cristo la opción por los jóvenes y la renovada confianza en ellos", enfatizó.

Y continuó: "Las preguntas son muchas y difíciles. Cristo es la respuesta al verdadero sentido de la vida: ¿Cómo enriquecer el saber que ofrecemos y construimos? ¿Cómo animar a la acción solidaria? ¿Cómo resucitar una profunda vida de oración?".


Opción por Cristo y por los niños, adolescentes y jóvenes
El obispo de Cruz del Eje pidió encarecidamente que, "en nuestras escuelas diocesanas, busquemos encarnar el Evangelio en cualquier momento y espacio. Relacionemos y armonicemos ciencia y sabiduría, cultura y fe, vida y misión". "Un aspecto fundamental de nuestras escuelas diocesanas es y será, cada vez con mayor compromiso, acompañar a nuestros chicos y chicas al encuentro con Cristo: Camino, Verdad y Vida", aseveró.

"Cristo es el punto de referencia constante del maestro cristiano. Porque él sabe que sólo Jesucristo es la respuesta adecuada y última a la pregunta suprema por el sentido de la vida. Pero no basta decirlo con palabras. Los estudiantes han de percibir que ese 'sentido' impregna la vida de sus educadores. Así, los maestros no sólo transmiten conocimientos, sino que revelan lo que ellos 'son' desde la opción fundamental por Cristo, renovada en el día a día; es decir, viviendo desde lo que la fe les inspira, en la vida y en el trabajo", manifestó.

Ser de Dios y de los jóvenes
El diocesano invitó a docentes y directivos a "ser de Dios y de los jóvenes, a formar desde los jóvenes mismos; esto significa escucharlos y tener en cuenta siempre su justo punto de vista".

"Ese es el campo de su misión: ¡sean misioneros de los jóvenes!, ¡vayan hacia su corazón! Desciendan a su intimidad espiritual, a sus dolores y a sus miedos. Ayuden a descubrir que todo dolor tiene un sentido. Y, conociendo los límites propios de los jóvenes, tengan la firme convicción de que, si siembran Evangelio al interior del proceso formativo, Cristo puede conducir a nuestros chicos y chicas a la entrega generosa de la vida, para bien de la Iglesia y de la sociedad de la que formamos parte", resaltó.

Paternidad y maternidad
Finalmente, destacó que la "verdadera educación es siempre prolongación de la paternidad y la maternidad. Ojalá siempre se pueda decir que nuestras escuelas prolongaron a la familia o que la escuela supo subsidiar a la familia; es decir, trató de hacer lo que la familia no supo, o no pudo".+