Mons. Canecín recordó que la santidad es un llamado para todos

  • 17 de octubre, 2024
  • Goya (Corrientes) (AICA)
El obispo de Goya resaltó la importancia de escuchar "constantemente la voz de Dios en un mundo lleno de distracciones", al recordar el VIII aniversario de la canonización de Brochero.

Un gran número de fieles participó, en la noche del miércoles, de la misa que presidió el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, en la catedral Nuestra Señora del Rosario, para celebrar un nuevo aniversario de la canonización de San José Gabriel del Rosario Brochero. Estuvieron presentes integrantes del grupo "Amigos de Brochero" y los misioneros difusores de Radio María Argentina.

"La tarea del Espíritu Santo es hacer santos y liberar del pecado, para conducir a la santidad. Si estamos animados por el Espíritu, dejémonos conducir también por el Espíritu", manifestó el prelado, al recordar la declaración acerca de la santidad del cura gaucho, realizada ocho años atrás.

A su vez, planteó que "la santidad hace que, por amor, Dios haya creado todo lo que existe. Dios ha entrado en el tiempo y en la historia; esto es muy importante, por eso hoy veneramos al Cura Brochero, que se metió en la realidad, se embarró los pies, corrió la misma suerte del pueblo al cual tuvo que pastorear y servir".

"La santidad es el gran llamado, al cual todos los bautizados estamos convocados", recordó el obispo, y destacó: "Hermanos, la santidad no está reservada para unos pocos, sino que es un llamado universal para todas las personas".

Citando al Papa Francisco, añadió: "La única tristeza es no haber alcanzado la finalidad para lo cual Dios nos soñó y pensó: la santidad", y recomendó a los brocherianos leer y analizar la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate, señalando que su título significa "Alégrense y regocíjense", y está tomado de Mateo 5,12, donde Jesús llama a sus discípulos a "alegrarse incluso en medio de las persecuciones".

"Dios es amor, y la santidad consiste en amar a la manera de Dios, amar primero, siempre y sin cansarnos. Por eso, el Espíritu Santo, que es el amor de Dios derramado en nuestros corazones, tiene su fruto, que es amor, alegría, magnanimidad, afabilidad, confianza y mansedumbre. Quien estuvo guiado por el Espíritu Santo fue Gabriel del Rosario Brochero, él fue capaz de producir esos frutos. Esa es la tarea nuestra y es la invitación que nos hace el Señor", reflexionó.

"Tenemos que tener la mirada centrada en Jesucristo", animó también, al tiempo que destacó la tarea y misión del grupo diocesano Amigos de Brochero, instándolo a seguir conociendo y difundiendo la vida del santo.

El obispo resaltó la importancia de escuchar "constantemente la voz de Dios en un mundo lleno de distracciones", y animó a todos los presentes, "sin importar su estado de vida, a seguir un camino de santidad".

Al finalizar la misa, monseñor Canecín obsequió a los "brocherianos" un ejemplar de la exhortación "Gaudete et Exsultate".+