Mons. Martínez: 'Magnanimidad y bien común'

  • 3 de octubre, 2024
  • Posadas (Misiones) (AICA)
El obispo de Posadas se refirió a la necesidad apremiante de que surjan laicos comprometidos que puedan erigirse en líderes sociales, políticos y culturales.

Monseñor Juan Rubén Martínez, obispo de Posadas -al comienzo de su carta para el domingo 26º durante el año, titulada "Magnanimidad y bien común"-, expresó: "Somos conscientes de la grave necesidad de que en nuestro tiempo haya cristianos comprometidos, gente de recta conciencia, sobre todo laicos que comprendan que la santidad en su propia vocación está ligada especialmente a la transformación de las realidades temporales, apostando por opciones que impliquen la evangelización y humanización de la cultura".

Al respecto, señaló también que "sigue vigente la necesidad de figuras ejemplares, sobre todo en nuestros días, en los que vivimos una crisis profunda, en la incertidumbre, marcados por un contexto de individualismo y pobreza".

Y abundó, en el mismo sentido: "Será clave el estilo de liderazgo que necesitamos hoy de servicio y honestidad, que pueda servir para revisar y tener una medida desde donde evaluar a nuestra dirigencia política y social en nuestra Patria y en nuestra provincia, sobre todo en un contexto donde a veces podemos tener la tentación de la desesperanza, cuando aparecen más como horizonte el pragmatismo y las estrategias coyunturales, antes que la necesidad de la magnanimidad y la referencia al bien común".

El diocesano agregó: "Como cristianos no debemos olvidar que estamos llamados a contemplar, en los rostros sufrientes de nuestros hermanos, el rostro de Cristo, que nos llama a servirlo en ellos. Para nosotros, este es el verdadero fundamento de todo poder y de toda autoridad: servir a Cristo, sirviendo a nuestros hermanos".

Y, en la misma línea, reflexionó: "En un cambio de época, caracterizado por la carencia de nuevos estilos de liderazgo, tanto sociales y políticos como religiosos y culturales, es bueno tener presente esta concepción del poder como servicio. Como Iglesia, este déficit nos cuestiona. En un continente de bautizados, advertimos la notable ausencia, en el ámbito político, comunicacional y universitario, de voces e iniciativas de líderes católicos, con fuerte personalidad y abnegada vocación, que sean coherentes con sus convicciones éticas y religiosas".

Finalmente, luego de citar como apoyo de sus afirmaciones el Documento de Aparecida, un escrito de san Agustín y las lecturas de la liturgia dominical, el obispo posadeño concluyó: "El mejor aporte a la esperanza, en nuestro contexto, será la magnanimidad en nuestra sociedad, procurando salir de nuestras mezquindades, que siempre nos dañan".+