Agentes de Pastoral de la Vicaría de Devoto se reunieron con Mons. García Cuerva

  • 4 de septiembre, 2024
  • Buenos Aires (AICA)
En un encuentro realizado en el seminario metropolitano, los agentes dialogaron con el arzobispo de Buenos Aires sobre la realidad de las comunidades y los desafíos de la Iglesia en la Ciudad.

Los agentes pastorales de la Vicaría de Devoto de la arquidiócesis porteña se reunieron en el seminario metropolitano de Buenos Aires para dialogar con el arzobispo de la jurisdicción, monseñor Jorge García Cuerva, sobre cómo poner en práctica la carta pastoral 'La Revolución de la alegría', a la luz de las dimensiones mencionadas en el documento final del sínodo arquidiocesano.

Divididos en grupos según las cuatro dimensiones del sínodo, los agentes pastorales eligieron dos preguntas centrales por equipo para hacer al pastor arquidiocesano, a quien también le entregaron las preguntas que los fieles y comunidades le habían enviado, para que él pueda conocer las dudas e inquietudes de la Iglesia en la zona de Devoto.

Monseñor García Cuerva, por su parte, advirtió que, en estos tiempos difíciles, su carta pastoral busca ser un "proyecto contra-cultural". "La alegría cristiana es la certeza de que Dios nos ama, nos sostiene y nos acompaña. Es mirar la parte del vaso llena, tener un corazón agradecido", señaló el arzobispo, quien invitó a toda la Iglesia porteña a "elegir la alegría como actitud frente a la vida".


Una Iglesia que se organiza, en salida y con aire joven
Por otro lado, en respuesta a las inquietudes que los agentes pastorales acercaron, el arquidiocesano aseguró que "el proceso sinodal, el proceso en el que el laico va teniendo conciencia de sus derechos, es imparable". Además, expresó que, en el tiempo que lleva pastoreando a la Iglesia de Buenos Aires, detectó que el sínodo plantó una dinámica de "compartir y escuchar" que resultó muy rica.

"Tenemos que animarnos a replantear las estructuras, principalmente desde el sentido común, y articular todas las propuestas, porque la mejor ayuda es la que se organiza", manifestó García Cuerva, quien pidió además "que el perfume de la alegría, de la articulación, del poder trabajar juntos, se desparrame por toda la arquidiócesis".

Por otra parte, el arzobispo fue consultado sobre la realidad de la Iglesia porteña en cuanto a la revolución de la alegría, a lo que respondió: "Creo que hay un montón de cosas buenas y que es una Iglesia muy receptiva. Tenemos buena gente, con ganas y entusiasmo. El desafío es hacer de la ciudad de Bergoglio la Iglesia de Francisco, y concretar el magisterio del Papa".

También invitó a ser una Iglesia "en salida", como pide Francisco, y advirtió: "Salimos al encuentro de Jesús, no 'a llevar'. Jesús se identifica con los que sufren". "No se trata de abrir las puertas de la parroquia, sino de ser comunidades receptivas", enfatizó.

Y, si bien reconoció que no es tarea sencilla, animó a tener en cuenta que "los obstáculos somos nosotros mismos y el miedo al cambio. Por eso, Jesús dice tantas veces 'no temas'".

Asimismo, contemplando la riqueza de jóvenes que están en las distintas comunidades de la ciudad, García Cuerva reconoció que sólo hay que facilitarles el espacio. "Las comunidades que más jóvenes tienen es porque los adultos les dijeron 'este es su lugar'", dijo, al tiempo que explicó que los destinatarios de la evangelización no son sólo los jóvenes de las parroquias, sino también los de las universidades, los del colectivo LGTB y otros colectivos, los que están atravesados por la problemática de las adicciones, entre otros. "Es necesario entrar en diálogo con todas las realidades de la juventud y no agotar las propuestas", exclamó.

También recordó que los jóvenes "tienen códigos propios de celebración. Hay que animarse a dar el lugar, hay que animarse a que ellos lleven adelante la conducción. Sobre los jóvenes no sabe nadie más que los jóvenes". 

En tanto, se refirió a la exhortación de Francisco a los jóvenes titulada Christus Vivit, en la cual "el Papa, de mil maneras distintas, les dice a los pibes; 'Anímense, sean creativos', y los anima a que sueñen y sueñen en grande, y dice: 'Vayan rápido y, cuando lleguen, sepan esperarnos a los viejos que venimos atrás'", manifestó.

El arzobispo aseguró que "darles lugar a los pibes no es descartar a los viejos, es darles lugar en serio. Nosotros fuimos jóvenes y lo que más nos jodía era que nos dijeran qué teníamos que hacer".


Un nuevo Consejo Arquidiocesano de Pastoral
Sobre el cierre del encuentro, el arzobispo presentó al obispo auxiliar, monseñor Iván Dornelles, que estará también al frente de la Vicaría Devoto y como encargado de animar el Consejo Arquidiocesano de Pastoral, para articular las realidades urbanas más vulnerables, las juventudes, la celebración, las cuestiones litúrgicas y todas las pastorales. "Tienen que tener un marco de reflexión para que no se dé la fragmentación", advirtió al respecto monseñor García Cuerva.

Por su parte, monseñor Dornelles manifestó: "Para poder cambiar, para tener nuevos horizontes, hace falta encontrarse, saber escucharse e ir tejiendo y acompañándonos entre todos por esta Iglesia que queremos". "Todos soñamos con una Iglesia renovada, abierta, fraterna, con jóvenes, participativa, trabajando en red. Eso no se crea solo, necesita del impulso del Espíritu Santo y también de nuestras mentes, corazones, manos y cuerpos, y de nuestras vidas", aseguró.

Y animó a "trabajar, a ser creativos, a hablarse. A veces, para cosas concretas, podemos comunicarnos con las parroquias vecinas, porque solos nos encerramos y nos deprimimos, pero acompañados nos animamos y salimos adelante".+