Mons. Colombo: 'Jesús, Pan de vida, viene a saciarnos, viene a ponernos de pie'

  • 14 de agosto, 2024
  • Mendoza (AICA)
"Que el Dios cercano y compañero de camino sea siempre Jesús. Que no lo sustituyamos por panes pasajeros, por panes que tienen fecha de vencimiento", invitó a pedir el arzobispo de Mendoza.

El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, celebró la Eucaristía desde la parroquia Asunción de la Virgen, de la localidad mendocina de Dorrego, donde al reflexionar sobre uno de los textos bíblicos del domingo comparó el cansancio de Elías con "el cansancio de los buenos", con el cansancio de "las personas justas, las personas nobles, las personas que persiguen ideales verdaderamente honestos compatibles con su fe, que a veces se cansan, se caen".

"¿Qué hacemos con el cansancio de los buenos?", se preguntó, y lamentó: "A veces las sociedades claudican y prefieren a los buenos cansados, prefieren a los buenos desaparecidos".

El arzobispo mendocino destacó que, en relato bíblico, "Elías busca desaparecer porque no puede más; y es Dios el que lo contiene, es Dios el que le da de comer, es Dios el que lo pone de pie".

"Entonces, en una escena que anticipa la Eucaristía, hay una descripción de ese pan, de esa galleta y de ese momento de solaz, con el que él puede reponer sus fuerzas y encaminarse. La Eucaristía, como el pan del peregrino, tiene este antecedente en un Elías agobiado, que vuelve a poner los pies en las huellas de su Dios en su seguimiento", aseguró.

"Hay una vivencia concreta de este anuncio de Dios en la persona del mismo Jesús, que clausura para siempre la distancia entre Dios y el hombre y se presenta como el pan de vida", agregó, y completó: "Así revela su vida y su misión. Vino para darnos de comer, vino para animarnos a andar".

Monseñor Colombo señala como sorprendente que, "ese pueblo que lo oye, pasa de la sorpresa y el agrado a la murmuración y al escándalo con una facilidad sorprendente. Prefieren a un Dios lejos, a un Dios que se ocupe de sus cosas, en lugar de este Jesús que les dice: 'Yo soy el pan de vida y he venido para que tengan vida en abundancia'".

"Frente a la prescindencia de Dios, frente a la lejanía en que nosotros ponemos a Dios, Jesús nos sigue hablando de sí mismo como el que ha venido para nosotros, como el que viene a saciarnos, como el que viene a ponernos de pie", diferenció.

"Pidámosle a Jesús, Pan de vida, que nunca nos deje sin su pan; pidamos a Jesús, Pan de vida, que no nos desentendamos de su cercanía; que no pongamos nuestra indiferencia, nuestros escándalos, nuestras murmuraciones. Que el Dios cercano y compañero de camino sea siempre para nosotros Jesús. Que no lo sustituyamos por panes pasajeros, por panes que tienen fecha de vencimiento. Él ha venido para darnos de comer", concluyó.+