Párrocos para el Sínodo: un sacerdote argentino destaca la unidad en la diversidad

  • 2 de mayo, 2024
  • Roma (Italia) (AICA)
La delegación de nuestro país está conformada por presbíteros de la arquidiócesis de Bahía Blanca y las diócesis de Villa de la Concepción del Río Cuarto, San Nicolás, Formosa y Cruz del Eje.

Ciento noventa y tres sacerdotes de 99 países participan, desde el domingo 28 de abril, del Encuentro Internacional de Párrocos para el Sínodo, que se desarrolla en Roma y que culminará el viernes 3 de mayo, con un encuentro con el Papa Francisco.

La delegación argentina está integrada por los presbíteros Raúl Fraga (Villa de la Concepción del Río Cuarto), Pedro Fornau (Bahía Blanca), Luis Canessin y Claudio Galarza (Formosa), Francisco Benítez (San Nicolás de los Arroyos) y Jorge Frigerio (Cruz del Eje).

En diálogo con el programa “Es por Cristo”, que se transmite los miércoles por FM Transformación, de Coronel Pringles, el padre Fournau, formador en el Seminario Santo Cura de Ars de Mercedes-Luján, explicó que la finalidad del encuentro mundial de párrocos es escuchar “la voz de los que están en la trinchera”, ya que “el cura de capilla es el que tiene el termómetro”.

El sacerdote de la arquidiócesis de Bahía Blanca contó que su grupo de trabajo (el Grupo 3 de lengua española), está conformado por un cura español, dos brasileños, un paraguayo, un guatemalteco, un formoseño, un colombiano, un indio, dos mexicanos y un salvadoreño. En ese sentido, se mostró sorprendido de encontrar “una polifonía, una diversidad de realidades culturales, políticas, sociales, eclesiales, …”

“Eso es lo primero que impacta: la experiencia de catolicidad, de universalidad, concretada en tantos rostros, en tantas vidas, y que, al mismo tiempo, es muy fuerte lo que nos une”, destacó el sacerdote, y reveló que experimenta, con muchísima hondura, la unidad en esa diversidad: “Lo que nos congrega es la evangelización, la misión, la buena noticia, la Palabra de Dios”.

El encuentro, reveló, “tiene un ritmo muy intenso”, aunque “se viene desarrollando, ante todo, en un esquema de profunda oración. Hay un clima de recogimiento, de desear todos exponernos a la escucha del Espíritu”.

El objetivo, explicó, es preparar lo que va a ser la segunda sesión del sínodo de los obispos sobre la sinodalidad: “Al Papa le interesa muchísimo que se profundice esta dimensión de la comunión y del Pueblo de Dios, que en su conjunto participa, misiona y es corresponsable de la Evangelización, lo cual nos viene por el Bautismo”.

Al respecto, señaló que “el Papa impulsa este modo de ser Iglesia: que no todo dependa del cura, sino que todos seamos responsables. A veces los curas hemos ido asumiendo responsabilidades que no necesariamente nos correspondían. Nuestra realidad tiene un montón de desafíos y, a veces, los curas no estamos preparados para eso”, planteó.

Por eso, subrayó que “se nos pide que nos concentremos en aquello que es más específico nuestro, y lo demás lo llevará adelante el Pueblo de Dios”. Y sostuvo que los fieles deberán “reconocer que vamos a tener que adaptarnos a un nuevo tiempo, donde todos vamos a necesitar echar una mano desde distintos lados”.

“Ser sinodales no pasa por tener estructuras nuevas. Ante todo, es una reforma del propio corazón. La conversión comienza en el propio corazón. El sínodo nos está invitando, ante todo, a la conversación espiritual. Es una escucha muy contemplativa, muy enriquecedora, es una metodología que nos está haciendo mucho bien”, consideró.

El sacerdote destacó, además, la audiencia con el Papa Francisco como uno de los momentos más esperados del encuentro.+