Mons. Scheinig ordenó tres diáconos en Mercedes-Luján

  • 30 de abril, 2024
  • Luján (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo presidió la Eucaristía en la basílica de Luján, donde recibieron el diaconado Agustín Báez, Nicolás Monti y Agustín Denezio.

El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Scheinig, celebró, en la mañana del 27 de abril, la ordenación diaconal de Agustín Báez, Nicolás Monti y Agustín Denezio en el santuario y basílica de Nuestra Señora de Luján.

“Estamos en el tiempo Pascual, invitados a experimentar que el Señor está Vivo y presente aquí entre nosotros, con toda la fuerza de su Vida y de su Amor”, comenzó expresando en su homilía, y añadió: “Hoy se nos revela, de una manera particular en la configuración que el Espíritu del Señor, hará en estos tres jóvenes, haciéndolos diáconos por Cristo, con Cristo y en Cristo”.

El prelado explicó que, en ellos, “el Espíritu Santo hará una transformación profunda y total, de tal manera que quedarán asimilados al Señor Jesucristo para toda la vida”. Al respecto, indicó que “servir, para el Señor, era la manera en que Él concebía su vida. Todo Él era servicio, entrega generosa, disponibilidad total, olvido de sí, amor concreto hacia aquellos de los que Él mismo se hacía prójimo, como el Buen Samaritano”.

En ese sentido, llamó a “tener mucho cuidado con que nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, estén en sintonía con ese ‘paradigma evangélico’ y no, con ‘el paradigma del mundo’”. Alertó, a su vez, contra “formas de vida atravesadas por un profundo individualismo, por una priorización del yo por sobre el nosotros, del bien individual por sobre el Bien Común y la justicia social, por un sálvese quien pueda por encima de una solidaridad afectiva y efectiva”.

“Queridos hijos, les pido que recuerden, siempre, que esta enorme exigencia comienza en el propio corazón, corazón que muchas veces puede estar tomado por los criterios de ‘la mundanidad’”, planteó, y recordó que la vocación al Orden Sagrado está asistida por la gracia del mismo sacramento: “Nunca olviden que cuentan con la gracia de Dios”.

Asimismo, reveló que el secreto de esta manera de vivir “la encontrarán en un sentimiento interior que, para mí, es la clave de la vida cristiana y del ministerio ordenado: la clave de todo está en la compasión”. “Jesús no sólo ‘ve’ a las multitudes, sino que ‘siente’ con ellas, lo que ellas viven. Y puede hacerlo porque es cercano, porque está metido en la vida del pueblo, los conoce porque convive con ellos”, consideró.

“Nuestra humilde compasión será continuar con ese movimiento que desea salvar a toda la humanidad, devolviéndole un rostro profundamente humano”, animó, y les pidió que “no sean hombres distantes”. “En definitiva, y por favor, nunca se olviden de esto: el que siembra es el Padre y nosotros estamos invitados a cosechar. ¡Qué hermosa tarea y qué responsabilidad! Pero, al mismo tiempo, ¡qué tranquilidad que todo esté en las Manos del Padre!”

El arzobispo de Mercedes-Luján concluyó asegurando públicamente “que estoy muy agradecido a Dios por ustedes, porque estoy seguro de que le harán mucho bien a nuestra querida Iglesia”. “Sean hombres de Iglesia. Amen a la Iglesia. Amen a sus hermanos diáconos y presbíteros. Sean buenos colaboradores de nosotros, los obispos. Caminen juntos en esta 'caravana' que es nuestra arquidiócesis de Mercedes-Luján”.+