Misa por la nieta del general San Martín, a cien años de su fallecimiento
- 15 de abril, 2024
- Buenos Aires (AICA)
El miércoles 17 de abril a las 19, en el santuario Santa Lucía, de Barracas, se recordará a Josefa Dominga Balcarce y San Martín, nieta del Libertador.
La Asociación Cultural Sanmartiniana Josefa Balcarce y San Martín, invita a la misa con motivo del centenario del fallecimiento de la nieta del general José de San Martín, Josefa Dominga Balcarce y San Martín, el miércoles 17 de abril a las 19, en el popular santuario del barrio porteño de Barracas dedicado a Santa Lucía (Avda. Montes de Oca 550). El párroco del templo, presbítero José Luis Lozzia, presidirá la Eucaristía.
Heredera de los valores altruistas de su abuelo
Josefa Dominga fue una de las nietas del general José de San Martín. Hija de Merceditas y de Mariano Balcarce, nació el 14 de julio de 1836. Su primer nombre fue en honor a su abuelo materno; el segundo, se le impuso por su abuela paterna. En la familia, le decían Pepa.
Desde el comienzo, Pepita y su abuelo estuvieron unidos por una relación muy estrecha. Cuentan que el Libertador la dejaba jugar con las medallas que había ganado en el ejército español durante las batallas contra Napoleón. Pepita era la hija menor del matrimonio Balcarce San Martín. Su hermana María Mercedes, lamentablemente, murió a la corta edad de 27 años.
En 1861, Josefa se casó con Fernando María de los Dolores Vicente Jacinto Ceofás Gutiérrez de Estrada y Gómez de la Cortina, un funcionario mexicano con una importante fortuna. No tuvieron hijos. La madre de Josefa, Mercedes, murió en 1875 y su padre, diez años después.
Pepa hablaba varios idiomas, como inglés, italiano, alemán, griego y latín. Y por supuesto el español, a pesar de que nunca conocería la Argentina, a la que se refería como “nuestro amado país”.
Mucho de lo que conocemos sobre la vida del Libertador se lo debemos a Josefa. Ella fue quien le envió al general Bartolomé Mitre todo el material acerca de su abuelo, como cartas, documentación y mapas, entre otras cosas, para que el ex presidente pudiera escribir su famoso libro titulado Historia de San Martín y de la emancipación sudamericana.
Fue asimismo Josefa quien autorizó el traslado de los restos del Libertador, en 1880, desde Francia hasta Buenos Aires. Y más aún: pedido del entonces director del Museo Histórico Nacional, Ángel Carranza, Pepa envió los muebles y objetos de su célebre abuelo para ser exhibidos. No sólo donó el dormitorio entero, sino que hasta envió un croquis de cómo estaban ubicados los muebles.
Pepa dedicó su vida a la asistencia social. Luego de enviudar, en 1904, creó la Fundación Balcarce y Gutiérrez de Estrada, que tenía la misión de ayudar a los ancianos carenciados y a los indigentes. El Hogar de Ancianos que fundó se convirtió en un establecimiento modelo, que contó con una estructura asistencial y hospitalaria de vanguardia. Funcionaba en su casa familiar en Brunoy, donde ella misma residía. El parque de la mansión fue convertido en huerta para alimentar a las personas carenciadas. Y también abrió una clínica especializada en cirugías, que ofrecía operaciones gratuitamente a quien no pudiera costearlo.
Diez años después de enviudar, en 1914, estalló la Primera Guerra Mundial. Pepa para ese entonces tenía 78 años, pero eso no le impidió colaborar con los combatientes. Una vez más, su casa fue transformada: esta vez, en un hospital de guerra.
Además de camas para los heridos, la "mansión-hospital" contaba con dos habitaciones convertidas en salas de operación, una sala de rayos X y un laboratorio. Así, la casa de Josefa, durante la guerra, fue conocida como Hospital Militar Auxiliar Nº 89. Gracias a su labor humanitaria, Josefa Balcarce fue condecorada con la Legión de Honor y distinguida por la Cruz Roja Internacional. Murió el 17 de abril de 1924, a los 87 años.
Santuario de Santa Lucía
La Asociación Cultural Sanmartiniana Josefa Balcarce y San Martín eligió celebrar la misa en honor ella en la parroquia Santa Lucía, uno de los templos más antiguos de la ciudad que actualmente se encuentro en un proceso de restauración iniciado hace algunos años, gracias a la colaboración de quienes asisten cotidianamente a la parroquia, como también de los vecinos, comerciantes y los fieles que concurren en las fechas de las fiestas patronales.
A los efectos de posibilitar los aportes, la parroquia emitió un bono contribución, que tiene formato de rifa y otorga premios para los ganadores, de manera de poder hacer frente a los gastos que ocasionan los trabajos de restauración.
Más información, en https://www.santalucia.org.ar/; por teléfono, de lunes a viernes de 10 a 12 y de 17 a 19, al 4362-8580 (secretaría parroquial) o por correo electrónico, a santaluciadebarracas@gmail.com.+