Monseñor Canecín celebró a San José en el hogar de ancianos de Goya
- 20 de marzo, 2024
- Goya (Corrientes) (AICA)
En la solemnidad de San José, el obispo diocesano bendijo a las personas que allí residen, compartió con ellas un almuerzo y las invitó a ser "obedientes a Dios", como lo fue el patriarca.
En la solemnidad de San José, el obispo de Goya, monseñor Adolfo Canecín, presidió la Eucaristía en el hogar de ancianos de esa ciudad, donde animó a los fieles a ser "obedientes a Dios", como lo fue San José.
El prelado bendijo a los residentes del hogar que no pueden levantarse de sus camas y, finalmente, compartió el almuerzo con ellos. Además, hizo memoria agradecida del fundador de ese hogar y obispo emérito de esa diócesis, monseñor Luis Stockler.
Monseñor Canecín pidió la intercesión de San José, para que "Dios nos regale la gracia de crecer en la fe, ser obedientes a lo que el Señor quiso y quiere para cada uno de nosotros", y animó a que "cada uno pueda aplicar en sus propias vidas esta reflexión, contemplando a San José: ser testigos de un Dios maravilloso".
Por otra parte, instó a “contemplar” a la Virgen María, “que es la mediación más plena y perfecta, sin pecado concebida, que no puso ningún tipo de resistencias a la obra y proyecto de Dios”. También destacó la figura de san José, “que tuvo esa actitud de fe absoluta e incondicional en Dios, e hizo lo que Dios le pidió y le mandó hacer”.
“Dios actúa desde lo sencillo; desde una mujer del pueblo, desconocida; desde el hijo del carpintero; y actuó hoy también desde los abuelos de este hogar de ancianos”, manifestó, al tiempo que subrayó que los abuelos “nos evangelizan".
Mons. Canecín tuvo presente también a San Bernardino de Siena, que en una de sus tantas prédicas destacó: ‘Cuando la gracia divina elige a alguien para otorgarle una gracia singular o para ponerlo en un estado preferente, le concede todos aquellos carismas que son necesarios para el ministerio que dicha persona ha de desempeñar’.
Destacó asismismo la escena que relata la Palabra de Dios, que “nos puede llamar la atención, ya que en el mismo pueblo de Nazareth Jesús se encuentra con sus amigos -los amigos de siempre, los amigos de la infancia-, que quedan asombrados por las obras que Él hacía y por lo que escuchaban de los otros lugares donde Jesús habías estado, y se hacen la pregunta: '¿No es éste el hijo del carpintero?'”.
Finalmente, el diocesano ponderó la iniciativa y la creatividad del obispo emérito Stockler y, fundamentalmente, se refirió a su “sensibilidad, por haber aportado a la realidad y poder salir al encuentro de esa realidad, con un hogar de estas características”.
El hogar fue fundado el 16 de julio de 1990, día del aniversario de la coronación pontificia de la Virgen de Itatí.+