La Corte Suprema podría haber salvado las dos vidas

  • 15 de octubre, 2012
  • Buenos Aires (AICA)
"La Corte Suprema se apura a ordenar la muerte del niño por nacer, ratificando la doctrina de su fallo de marzo de 2012 y endureciendo su postura sobre los poderes judiciales de las provincias y de la Nación en el sentido de ?no judicializar?. Al hacerlo, niega justicia a los niños por nacer y vuelve a relativizar el valor del derecho a la vida. Lo más grave es que en este caso concreto existía una vida por nacer concreta en juego y que el fallo de la Corte ignoró su derecho a la vida. La Corte podría haber salvado las dos vidas y adoptar todas las medidas para el bienestar de la madre y su hijo. Al crimen que es la violación no se lo soluciona con la eliminación del niño por nacer, sino con mejores y profundas medidas de política social, educativa y de seguridad para prevenir la trata de personas y para acompañar en todo momento a cada vida humana", aseguró el doctor Jorge Nicolás Lafferriere, del Centro de Bioética, al analizar la decisión del máximo tribunal de suspender una medida
El doctor Jorge Nicolás Lafferriere, del Centro de Bioética, analizó la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de suspender una medida cautelar dispuesta por un juzgado de primera instancia en lo civil y ordenó a las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires que procedan a la realización del aborto pedido por una mujer en el marco de un protocolo aprobado recientemente por el Jefe de Gobierno porteño. Tras reconocer que "el caso es ciertamente dramático por tratarse de un embarazo proveniente de violación en un contexto de trata de personas, según se ha afirmado", recordó que el Centro de Bioética ya expresó su "preocupación por la serie de fracasos que subyacen al caso, en una nota firmada por María Inés Franck". Ahora, el doctor Lafferriere se detuvo a considerar este fallo judicial por su innegable trascendencia institucional, tanto en sus alcances como realizando un análisis crítico del mismo. Hace una pormenorizada evaluación de los antecedentes procesales, la cuestión de competencia, la decisión de suspender la medida cautelar y de la exhortación dirigida a los jueces sobre la no judicialización. También elaboró un análisis crítico del fallo del máximo tribunal al considerar que no se cuestiona la personalidad del concebido, el niño estaba vivo al momento de la sentencia, se deniega el acceso a la justicia, plantea interrogantes no resueltos, niega la representación del niño por nacer y no resuelve sobre el punto que suscita su intervención. La Corte se endurece y ordena ejecutar al niño En síntesis, subraya el doctor Laferrierre, "la Corte Suprema se apura a ordenar la muerte del niño por nacer, ratificando la doctrina de su fallo de marzo de 2012 y endureciendo su postura sobre los poderes judiciales de las provincias y de la Nación en el sentido de ?no judicializar?. Al hacerlo, niega justicia a los niños por nacer y vuelve a relativizar el valor del derecho a la vida. "Lo más grave es que en este caso concreto existía una vida por nacer concreta en juego y que el fallo de la Corte ignoró su derecho a la vida. La Corte podría haber salvado las dos vidas y adoptar todas las medidas para el bienestar de la madre y su hijo. Al crimen que es la violación no se lo soluciona con la eliminación del niño por nacer, sino con mejores y profundas medidas de política social, educativa y de seguridad para prevenir la trata de personas y para acompañar en todo momento a cada vida humana", concluyó. Informes: www.centrodebioetica.org .+