Venezuela: Los obispos insisten en tender puentes de convivencia para salir de la crisis
- 15 de enero, 2024
- Caracas (Venezuela) (AICA)
Al finalizar la CXXI Asamblea Plenaria del episcopado venezolano, los obispos comparten un mensaje que "abraza las inquietudes, dolores y esperanzas de todo el pueblo venezolano".
“Es nuestro deseo que este año de gracia 2024 nos ayude a todos en Venezuela, a conseguir caminos de paz, justicia y solidaridad fraterna. Desde nuestro compromiso como Obispos, alentamos todo esfuerzo por conseguir un consenso que nos permita abrir puertas y tender puentes de entendimiento y convivencia de todos los venezolanos”, exhortaron los obispos venezolanos al culminar su 121.ª Asamblea ordinaria con la publicación de una exhortación pastoral.
La exhortación fue leída ante la prensa por los cinco obispos de la Provincia de Mérida: Helizandro Terán, arzobispo de Mérida; Mario Moronta, obispo de San Cristóbal; José Trinidad Fernández Angulo, obispo de Trujillo; Pablo Modesto, obispo de Guasdualito; y Juan Alberto Ayala, obispo auxiliar de San Cristóbal.
“Este debe ser un tiempo para buscar, entre todos los factores de la sociedad venezolana, un compromiso en el diseño de una visión compartida de país”, expresaron.
En un año electoral, los prelados pidieron al actual gobierno presentar con urgencia un cronograma electoral que “nos conduzca a unas elecciones limpias y transparentes”.
Se supone que estas elecciones presidenciales “constituyen un ejercicio pedagógico” para la democracia, por lo que debería imperar el respeto de todos, sus ideas y derechos políticos. Sobre todo, se debe fomentar la participación “activa del pueblo”, quien es “el verdadero sujeto de la sociedad que soñamos”.
Los obispos venezolanos dejaron muy claro su papel de mediadores, por ello, alientan a todas las partes a lograr un consenso que “nos permita abrir puertas y tender puentes de entendimiento y convivencia de todos los venezolanos”.
Para este cometido es clave promover “un serio, sincero y comprometido diálogo y negociación, entre el gobierno y los diversos sectores de la vida nacional”, que involucre a los diversos sectores: academia, sindicatos, gremios, fuerzas armadas.
Sólo así se podrá alcanzar nuevos acuerdos que “profundicen las líneas democráticas y pactos sociales, que permitan un mejor desarrollo del país”.
Compleja realidad
Analizando la realidad mundial y latinoamericana, la cual se encuentra en constante tensión y ponen en riesgo la convivencia pacífica en el mundo y el continente. La exhortación de los obispos venezolanos manifiesta su gran preocupación por la Iglesia hermana de Nicaragua, “en cuyo seno se repiten los escarnios persecutorios contra los primeros cristianos”.
“Pedimos a Dios que dé a nuestros hermanos nicaragüenses fidelidad y perseverancia, para que se mantengan firmes en la fe y superen las arbitrariedades e injusticias de la que son víctimas”, añadieron.
Además, los obispos lamentaron que pese a “los anuncios de crecimiento económico” sigue habiendo una crisis humanitaria que “se puede comprobar en el empobrecimiento de la población” y en el crecimiento de la brecha entre ricos y pobres.
“Nos duele e interpela, constatar el sufrimiento del pueblo venezolano en materia de salud, educación, alimentación, bajos salarios, corrupción. Todo esto constituye una flagrante violación de los derechos humanos, que desdeña su condición de ciudadanos e hijos de Dios”, expresaron.
Esta compleja y desconcertante realidad está obligando a muchos venezolanos en “la necesidad de aventurarse a emigrar a otros países en busca de mejores condiciones de vida, porque consideran que en nuestro país no hay futuro”. Lamentaron que frente a esta grave situación, el Gobierno no muestra interés en ofrecer soluciones.
Sobre el tema de la disputa del Esequibo, una vez más han ratificado su compromiso por “defender la soberanía nacional”, incluso desde los albores de la historia republicana del país “la Iglesia ha estado presente en todo el territorio”, incluidas las fronteras.
Por tanto, “no estamos ajenos a la situación de la reclamación del territorio Esequibo, incluso, desde los inicios de la controversia (siglo XIX) la Iglesia a través de sus misioneros y connotados miembros del clero y del laicado, ha participado de manera activa en la defensa de los intereses de la República.
“Hoy esperamos que se pueda llegar a una solución negociada y pacífica, que sea mutuamente satisfactoria, tal y como es propuesto en el acuerdo de Ginebra”, indicaron.
Por último, los prelados manifiestan “su empeño” en “dinamizar procesos de conversión pastoral misionera, desde una espiritualidad sinodal, que promueva la vida y dignidad de toda persona, el compromiso bautismal en el anuncio del Evangelio de Jesucristo, la transmisión de la fe y la construcción de una sociedad justa, más equitativa, fraterna y solidaria, inspirada en los valores del Reino de Dios”. Para ello, imploran “la bendición del Dios Altísimo, con la intercesión de María de Coromoto y del beato José Gregorio Hernández”.+