Mons. García Cuerva invitó a los laicos a 'soñar juntos'

El arzobispo los animó a ser "místicos de ojos abiertos" e Iglesia que "anda por la calle diciendo 'Dios acá está', y que se encuentra con Él en la cara de todos, especialmente de los que más sufren".

El arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, mantuvo un encuentro con los referentes laicales de los organismos arquidiocesanos en los salones de la curia porteña, para conversar sobre el camino pastoral de la Iglesia en Buenos Aires.

El encuentro comenzó con un momento de adoración al Santísimo. En silencio, Jesús Eucaristía fue el centro de la reunión, del diálogo y la reflexión para el camino pastoral en la ciudad. Luego, el arzobispo porteño dirigió unas palabras de reflexión a partir del Evangelio del joven rico.

Monseñor García Cuerva invitó a hacer una memoria agradecida por el trabajo realizado. "No sé si todo lo han cumplido; lo que sé es que han hecho mucho y vienen haciendo mucho. Y creo que está bien, y mucho más en tiempos de crisis, mirar la parte del vaso llena. Seguramente, como Iglesia diocesana nos falta un montón; pero qué bueno que hoy podamos comenzar también diciendo gracias", expresó.

El arzobispo exhortó a la dirigencia laica a que sea inconformista e inquieta cuando se trata de hacer cosas para ser un poco más como Jesús, para conocerlo y darlo a conocer más aún. "La pregunta '¿Qué me queda por hacer?' tiene que ver con la inquietud que les comentaba que tiene ese joven al principio, y por eso se acerca a Jesús. Tiene que ver con un gran inconformismo", planteó, y recordó las palabras de Aparecida: "Nos habla de tener un corazón que renuncia a la autosuficiencia y que reconoce que no puede solo".

"Dejar todo y seguirlo, eso es lo que le propone Jesús al joven rico", les recordó el arzobispo, pero reconoció: "Sin embargo, nos cuesta andar livianos de equipaje. Y la propuesta de Jesús hoy es muy clara: 'Vende todo lo que tienes'".

"Quería hablar de dos cosas que a nosotros nos pesan, de dos equipajes que a nosotros nos pesan, a todos, que el Papa lo llama la plaga y el veneno de la Iglesia -palabras textuales de Francisco-: el 'siempre se hizo así' y el clericalismo", puntualizó.

En relación con el texto evangélico, en el que dar a los pobres fue la invitación Jesús le hizo al joven rico, monseñor García Cuerva subrayó que "no olvidarse de los pobres" es una de sus prioridades pastorales.

"¿Quién de nosotros no es pobre? El pobre es aquel al que le falta. Y nosotros, desgraciadamente, lo primero que hacemos es identificar ´pobre espiritual y pobre material´. ¿Qué es eso? Eso es Platón puro. Nosotros somos cristianos", sostuvo, y agregó: "No podemos seguir en el escritorio debatiendo, mientras hay un clamor en nuestra ciudad de un montón de gente que está mal".

El cristiano, afirmó, está llamado a ser discípulo misionero, como una sola cosa que no se puede separar la una de la otra, no como dos cualidades que se suman. "El discípulo es el que siga al maestro, con lo cual, miren qué bueno, recordar que somos siempre discípulos. Porque entonces, lo lindo es que siempre tengo ganas de aprender. Si soy discípulo, voy atrás del maestro. Si soy discípulo, estoy con otros caminando", reflexionó el arzobispo, y completó: "Si tenemos claro que somos discípulos misioneros, el encuentro con Jesús no es para guardármelo, para mí".

El arzobispo animó al laicado porteño a ser "místicos de ojos abiertos" y a ser Iglesia que "anda por la calle diciendo ´Dios acá está´, y encontrarse con Él en la cara de todos, especialmente de los que más sufren, y vivir mi misión de cristiano con alegría, y retroalimentar mi encuentro con Jesús, porque es el que le da razón a mi vida".

"Como Buenos Aires es una ciudad muy grande, tenemos que andar livianos de equipaje, porque si no nos vamos achanchando y no vamos a llegar a ningún lado. Yo pensé en todos esos equipajes para sacarnos de encima -clericalismo, y siempre se hizo así, plagas y venenos de la iglesia, dice Francisco-, pero siempre inconformistas, siempre inquietos, siempre con esta pregunta: ¿qué más me queda por hacer?", concluyó.

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