Mons. Colombo: 'No podemos excusarnos de trabajar por la amistad social'

  • 13 de junio, 2023
  • Mendoza (AICA)
En la homilía de la solemnidad del Corpus Christi, el arzobispo de Mendoza hizo un llamado a la unidad y exhortó a procurar un diálogo multisectorial y a un "cuidado artesanal de la amistad social".

El arzobispo de Mendoza, monseñor Marcelo Colombo, presidió el 10 de junio la liturgia por la solemnidad del Corpus Christi en la basílica de San Francisco, en la que recordó que en esta celebración se expresa públicamente “el seguimiento del Señor, Pan Vivo bajado del cielo” y destacó: “Como Iglesia nacida de la Pascua, somos discípulos de un Dios que se entrega incondicionalmente por amor y nos reunimos para hacer presente la vitalidad de ese amor redentor, Pan de Vida que nos dignifica”.

En la homilía, el arzobispo exhortó a hacer memoria y a no olvidarse de que “Dios, que liberó a su pueblo de la esclavitud de Egipto y por el camino del desierto hacia la tierra prometida, quiso ayudarlo, alimentarlo y purificar su alianza con Él”.

“Nuestra memoria agradecida, lejos de ignorar los fracasos, infidelidades y angustias de los hombres, evoca cuán grande es el amor de Dios, que hace de los hombres sus interlocutores. Dios es el Padre que nos da su Palabra, la libertad y un Pan que en Cristo se revelará pleno y definitivo para nuestra vida. Nosotros, la Iglesia, somos ese Pueblo de la Palabra, de la libertad y del Pan”, sostuvo. 

“Llevamos en nuestros corazones y en la memoria del camino, estos dones que en su Providencia Dios ha querido confiarnos no para cerrarnos en un disfrute egoísta sino para fecundar nuestro propio andar fraterno y solidario. ¿Cómo aceptar entonces, sin nuestra respuesta urgente y comprometida de cristianos, que haya hermanos que todavía no han recibido la Palabra en sus vidas, hombres y mujeres que viven en el cautiverio de las adicciones, personas y familias que padecen hambre?”, preguntó.

Tras referirse a la Colecta Anual de Cáritas Argentina, que se realizó durante el fin de semana, planteó: “Si la dignidad de la vida humana y la necesidad de cuidarla, constituye en parte esa tierra prometida a la que aspirar, estas ayudas solidarias son apenas un maná”.

“Ojalá nuestros pobres puedan tener acceso a los bienes que les corresponden, a través del trabajo personal y la realización de sus sueños y proyectos. En la tierra prometida que nos merecemos, el noble ejercicio de la política por parte de los dirigentes y la participación ciudadana, deberían poder asegurarlo”, expresó.

Monseñor Colombo consideró necesaria “una unidad que acoja las diferencias como una oportunidad para crecer juntos, que se alegre y aliente una mayor participación invitando a nuevos hermanos”, al afirmar que “comer de ese pan único que es Cristo mismo nos invita a trabajar por la unidad, conscientes de las dificultades que ello implica, de los vaivenes de nuestras inconstancias y fragilidades que nos hacen traicionar la nobleza de la unidad que buscamos”.

“La unidad de un pueblo es fundamental para el bien de todos sus habitantes. Con una agenda social tan llena de exigencias y necesidades, la meta de las distintas dirigencias, debería procurar el diálogo de todos los sectores y la escucha atenta de la realidad, así como el cuidado artesanal de la amistad social. Como cristianos no podemos excusarnos de trabajar por la amistad social”, aseveró. 

“El Pan de vida que compartimos es el alimento imprescindible en esa lucha y también es quien nos envía para asumir los rigores de desiertos y tempestades, así como los peligros de los atajos y desvíos”, agregó.

Por último, monseñor Colombo animó a que “en el seguimiento fiel de Jesucristo, alimentados con su Cuerpo y su Sangre, vivamos la alegría de tomar parte de la vida y la misión del Pueblo de Dios por los caminos y desiertos del mundo y de la historia humana”, concluyó.+