Mons. Ojea: 'La misericordia abre puertas hacia adentro y hacia afuera'

  • 16 de abril, 2023
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de San Isidro recordó la necesidad de "salir a anunciar, a expresar con mi actitud, con mi modo de ser, con mi palabra, con mis actos, la misericordia de Jesús".

Monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), compartió su reflexión para el segundo Domingo de Pascua, expresando que “la misericordia del Señor abre puertas; esta casa cerrada, en la que estaban los apóstoles, permite el ingreso de Jesús atravesando todo”.

“La misericordia no solamente abre puertas hacia adentro sino hacia afuera. Cuando experimentamos la misericordia de Dios, tenemos necesidad de salir a transmitirla y anunciarla”.

El prelado sanisidrense propuso reflexionar sobre el apóstol Tomás: “El Señor, con su misericordia, es para con Tomás infinitamente paciente; podemos decir que Jesús espera la incredulidad de Tomás”.

Y, al respecto, expuso: “Este apóstol Tomás, llamado el mellizo -del cual la tradición de la Iglesia dice que es el mellizo porque Tomás es cada uno de nosotros, el mellizo es cada uno, es tan parecido a nosotros-, recibe el testimonio de los otros amigos: 'Hemos visto al Señor', un testimonio lleno de alegría. Él no estaba, no les cree: ‘Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo mi mano en el costado, no voy a creer’”.

“¿Cuántos hermanos nuestros y muchas veces nosotros entramos en profundas faltas de fe?", se preguntó el diocesano, y reconoció: “Los enojos, las decepciones, las heridas, las lastimaduras profundas de la vida, provocan muchísimas veces esta duda, esta incertidumbre”

Monseñor Ojea volvió al ejemplo del apóstol al señalar: “Tomás no quiere saber nada, pero la misericordia de Jesús viene a buscarlo y, por segunda vez, atraviesa esas puertas cerradas y se presenta ante Tomás y le da la oportunidad de ver y de tocar las llagas”.

“Jesús conserva esas llagas como un trofeo de su amor: ahí están las marcas de su amor por todos nosotros, con ese sufrimiento, con esos clavos, con ese corazón abierto, el Señor nos había regalado su amor; por eso, tocar las llagas de Cristo, ver la marca de los clavos, es tocar su sufrimiento y su amor”, agregó.

Hacia el final de su reflexión, el presidente de la CEA profundizó: “Jesús espera a Tomás, Jesús perdona a Tomás la incredulidad y Tomás se encuentra con este misterio del sufrimiento atravesado por el amor; por eso sus palabras finales son palabras de adoración; no solamente cree que Jesús está allí resucitado, sino que expresa que Jesús es el centro de su vida: ‘Señor mío y Dios mío’” 

“Es adorar a Aquel que me ha dado todo, a Aquel que ha muerto por mí, a Aquel que ha conservado las llagas para poder mostrar, en esas cicatrices, las huellas de su amor; y yo tengo necesidad de salir a anunciar, a expresar con mi actitud, con mi modo de ser, con mi palabra, con mis actos, la misericordia de Jesús”.+

Enlace al videomensaje: (https://youtu.be/kmDOBF3h9hw)