Una botella con agua del Vaticano en una muestra en Buenos Aires

  • 29 de marzo, 2023
  • Buenos Aires (AICA)
En la Casa de la Cultura de la Ciudad se exponen 1.900 botellas con agua de unos 70 países. Una de ellas tiene el nombre del papa Francisco, quien reclamó el acceso universal al agua limpia.

Una botella con agua de una fuente de la casa Santa Marta, en el Vaticano, se incluyó -con el beneplácito del papa Francisco- en una muestra de 1.900 botellas que contienen agua de unos 70 países, la cual estará en exhibición en la Casa de la Cultura de la Ciudad (Avenida de Mayo 575 -CABA), hasta el 20 de abril próximo.

Se trata de una instalación artística realizada por el ingeniero y artista ambientalista argentino Carlos Montani, que en 2012 comenzó a reunir botellas de agua en esa muestra, a la que denominó Aqua Planetae (agua del planeta), y que no ha dejado de crecer año a año.

Cada botellita de 100 cm3 lleva el nombre de la persona que la aportó a la muestra, el lugar de procedencia del agua y la fecha en que se incorporó a la obra.

Mostrar esta colección busca mover a reflexionar sobre la importancia del agua potable para la vida, su uso responsable y los dramas que implica su escasez en algunos puntos del orbe.

Montani comenzó a reunir esta colección hace once años, el 22 de marzo de 2012, en el Día Internacional del Agua. Y el 22 de marzo de este año se inauguró la muestra en la Casa de la Cultura, en un acto que abrió la periodista y locutora Gabriela Vizental y en la que habló la curadora, Virginia Fabbri.

Francisco: “Lecho de un río de esperanza”
Este año, al cumplirse treinta años de la declaración de las Naciones Unidas por la que se creó el Día Mundial del Agua, el papa Francisco reiteró un llamado urgente a un esfuerzo renovado para lograr el acceso universal al agua limpia y el saneamiento, en un mensaje a una conferencia internacional reunida en Nueva York, del 22 al 24 de marzo. Indicó que aquella iniciativa sentó “el lecho de un río de esperanza”, frente a los problemas “alarmantes y dramáticos” que enfrenta la humanidad hoy.

En esa audiencia general del 22 de marzo de 2023 el Pontífice afirmó además que “el agua no puede ser objeto de derroches y abusos ni motivo de guerras, sino que debe ser preservada en nuestro beneficio y en el de las generaciones futuras”. A su vez, el periódico vaticano L’Osservatore Romano encabezó su edición semanal en español del 24 de marzo con una gran foto de una mujer africana, con un balde y una larga manguera, y la leyenda “Derecho al agua, derecho a la vida”.

“Seis continentes”
En 2017, a los cinco años de haber iniciado la obra Aqua Planetae (2017), Montani fue recibido por Francisco, a quien le obsequió la obra “Seis continentes”, una muestra de aguas de África, América, Asia, Europa, Oceanía y la Antártida.

En esos días, se celebraba en Roma el Congreso Internacional del Agua “Watershed”, al que Montani había sido invitado. La obra Aqua Planetae estuvo expuesta dentro del Aula Paulo Vl, en el Vaticano, lo que despertó interés entre los dirigentes mundiales que participaban de ese congreso. Ellos sumaron sus muestras de agua, y el papa Francisco manifestó su acuerdo cuando Montani le preguntó si podría poner en la obra agua de la casa Santa Marta. También se mostró conforme con que se usara su nombre en la muestra.

El artista trabajó muchos años como ingeniero en una empresa que fabricaba caños para agua y cloacas. En el acto de presentación, sostuvo: “La obra no es mía, tiene que seguir cumpliendo su cometido”. Y especificó que el sentido de su creación es valorar la importancia que tiene el agua para la vida y sensibilizar al respecto.

Un chorro de felicidad
Al reflexionar sobre su contacto con el agua a lo largo de su existencia, Montani evocó un recuerdo suyo de cuando tenía cinco años. Su padre había puesto un molino con un tanque australiano, en un campo que tenía en el Chaco. Y con un chico de su edad, hijo del encargado, se pusieron a jugar cuando salió, bien potente, el primer chorro de agua. Para el pequeño Montani, que vivía en Buenos Aires, eso era algo normal, pero el hijo del encargado del campo, Huguito, estaba asombrado y feliz al ver salir por primera vez ese fuerte chorro de agua limpia.

 “El chorro pegaba sobre unos ladrillos, ya que el cemento del tanque australiano estaba aún fresco –comentó el artista-. Jamás olvidaré la cara de Huguito, con los ojos iluminados, ya que esa agua que brotaba cristalina y fresca, con el tremendo calor que hacía en el Chaco, era algo mágico y divino”.+