Mons. Ojea: "La Palabra nos da todo el impulso para poder llevarla a los hermanos"

  • 5 de marzo, 2023
  • Buenos Aires (AICA)
El obispo de San Isidro y presidente del Episcopado pidió que la Palabra de Dios "nos abra el corazón para entender las necesidades de nuestros hermanos y poder compartirles la alegría del Evangelio".

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea compartió su reflexión para el segundo domingo de Cuaresma.

Recordando cuando Jesús consoló a tres de sus discípulos después de haberles anunciado su muerte, y los invitó a caminar con Él; el prelado expresó: “Lo que habrá sido caminar con Jesús... No solo caminar sino subir a un monte escarpado, es decir hacer un esfuerzo verdadero, el monte Tabor hay que subirlo”.

En ese sentido, señaló que “esto es símbolo de nuestras mortificaciones de Cuaresma; hay tantas cosas que nos cuestan, nuestro cansancio, nuestra fatiga; qué bueno poderle ofrecer al Señor en este tiempo todo eso para darle sentido a tantas cosas. Lo hacemos con Él, subimos con Él, nos cansamos con Él”.

“El monte es el lugar del encuentro con Dios y, ahí en la cima del monte, Jesús se transfigura y los discípulos viven un momento de cielo y escuchan la voz del Padre: ‘Este es mi hijo muy amado, escúchenlo’. Es una invitación a escuchar la Palabra de Dios, éste es el momento de la oración propio de este tiempo de Cuaresma, oración más en el sentido de escuchar a Dios ¿Qué me dice su Palabra? ¿Cuántas veces hemos tenido nosotros este regalo de poder estar a solas con el Señor que nos ha hablado al corazón?”, se preguntó.

Asimismo, expresó: “Aquellos que hemos sentido esta gracia, que hemos vivido esta gracia alguna vez en la vida de poder encontrarnos en el silencio con la Palabra de Dios sabemos que la Palabra nos da todo el impulso para poder llevarla a los hermanos, que además necesitamos transmitir esta experiencia”. 

“Así, cuando del monte Tabor, seguramente en el correr de los días, los discípulos se fueron encontrando con la vida ordinaria, con la vida cotidiana, con aquellas personas que sufren, que tienen angustia, que tienen dificultades enormes para llevar adelante sus vidas, qué importantes poder compartir con ellas la alegría del Evangelio”, subrayó.

En esa sintonía, manifestó que “evangelizar es compartir una alegría”. “Seguramente después de Pentecostés, Pedro, Santiago y Juan, al recordar ese momento pudieron predicar con más entusiasmo la Palabra de Dios, pudieron llegar al corazón de los hermanos con más eficacia”.

Finalmente, monseñor Ojea animó a pedirle al Señor “ofrecer todas las cosas que nos cuestan en esta Cuaresma, pidámosle poder escuchar su Palabra y que esta Palabra nos abra el corazón para entender las necesidades de nuestros hermanos y poder compartirles la alegría del Evangelio”.+