Hoy se cumplen 25 años de la muerte del cardenal Antonio Quarracino

  • 28 de febrero, 2023
  • Buenos Aires (AICA)
Falleció en 1998 siendo arzobispo de Buenos Aires y fue inmediatamente sucedido por el arzobispo coadjutor, Mons. Jorge Bergoglio. El 5 de marzo en la catedral, habrá una misa en sufragio por su alma.

Se cumplen hoy veinticinco años del fallecimiento del cardenal Antonio Quarracino, ocurrido el 28 de febrero de 1998 mientras era arzobispo de Buenos Aires y fue inmediatamente sucedido por el entonces arzobispo coadjutor con derecho a sucesión, monseñor Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco.

Con motivo del aniversario de su muerte, este domingo 5 de marzo, a las 11.30, se rezará una misa en la catedral metropolitana por su eterno descanso.

Su vida y su trayectoria
Nacido en Pollica (provincia de Salerno, Italia) el 8 de agosto de 1923, llegó a la Argentina con sus padres a los 4 años.

Luego de pasar sus primeros años en San Andrés de Giles (provincia de Buenos Aires), realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario San José de la Plata y, al alcanzar la mayoría de edad, se nacionalizó argentino.

El 22 de diciembre de 1945 fue ordenado sacerdote en la basílica de Luján por el obispo de Mercedes, monseñor Anunciado Serafini.

El 3 de febrero de 1962, san Juan XXIII lo nombró obispo de Nueve de Julio (provincia de Buenos Aires), sede de la que fue su segundo diocesano. Y el 8 de abril de 1962, en la catedral de Mercedes, recibió la consagración episcopal también de manos de monseñor Serafini.

Luego, el 3 de agosto de 1968, san Pablo VI lo trasladó como obispo de Avellaneda,  tras el retiro de monseñor Jerónimo Podestá.

Se desempeñó también en el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), del que en 1978 fue elegido secretario general.

Unos años más tarde, en 1983, pasó a ocupar la presidencia de ese Consejo, elegido por una asamblea reunida en Puerto Príncipe que inauguró san Juan Pablo II, cargo que ocupó hasta 1987.

El 18 de diciembre de 1985, por otra parte, san Juan Pablo II lo había promovido a la arquidiócesis de La Plata, en la que desarrolló, como en las otras sedes, una encomiable labor pastoral.

El 10 de julio de 1990, el mismo Papa lo nombró arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, funciones que asumió el 22 de septiembre siguiente. Fue el 10º arzobispo de Buenos Aires y su 25º diocesano.

En la asamblea plenaria que los obispos celebraron en noviembre de 1990 en la Casa María Auxiliadora (San Miguel, provincia de Buenos Aires), fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, y luego reelegido hasta 1996.

Fue también ordinario para los fieles de Rito Oriental que no cuentan con ordinario propio.

Mientras tanto, en el consistorio del 28 de junio de 1991, san Juan Pablo II lo creó cardenal de la Santa Iglesia Romana, del título de Santa María de la Salud, en Primavalle.

En la Santa Sede, fue miembro de la Congregación para los Obispos; del Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos; del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios; del Consejo de cardenales para el estudio de los problemas organizativos y económicos de la Santa Sede; de la CAL (Pontificia Comisión para América Latina); y de la Comisión preparatoria del Sínodo Americano.

Al fallecer el cardenal Quarracino en 1998, a sus exequias asistieron dos cardenales, unos ochenta obispos y alrededor de cuatrocientos sacerdotes.

Labor periodística
Inclinado a la labor periodística, cuando fue arzobispo de La Plata renovó la Revista Eclesiástica Platense.

Publicó también las siguientes obras: Jesucristo y su Iglesia; Sacerdote, pero ¿cómo?; Seguir a Cristo en la doctrina social de la Iglesia; Notas sobre la realidad argentina (tomos I y II); Claves de un Cardenal (sus disertaciones por televisión); Palabra y Testimonio; Perfiles Sacerdotales.

Colaboró en “Sapientia”, la revista de filosofía impulsada por monseñor Octavio N. Derisi; en la “Revista de Teología” y en “Notas de Pastoral Jocista”; como así  también  en los diarios porteños La Nación, Clarín y La Prensa.

Fue además el primer arzobispo porteño que utilizó la televisión -frecuente y regularmente- para ampliar su labor pastoral por ese medio. En ese sentido, fue columnista habitual en el programa Claves para un Mundo Mejor, conducido por Tito Garabal. Su lenguaje era directo, era amigo de llamar "al pan, pan, y al vino, vino", sin vueltas, y eso generaba atracción, no indiferencia.

Apertura interreligiosa
En el lugar en que yacen sus restos, una capilla lateral de la catedral porteña dedicada a la Virgen de Luján, el cardenal había hecho colocar un mural recordatorio con hojas de plegarias recogidas de sinagogas atacadas y campos de concentración en Alemania, Polonia, Lituania, que también evocara el atentado a la embajada de Israel en la Argentina y la voladura de la AMIA (Asociación Mutual Israelita Argentina).

En esa misma línea, fue un intenso cultor del diálogo interreligioso, tanto en el orden local como latinoamericano, cuando se desempeñó en el Celam. Mantuvo una estrecha relación con el rabino reformista León Klenicki y con Baruj Tenembaum, ciudadano argentino residente en Estados Unidos que promovió la Casa Argentina en Israel Tierra Santa y luego la creación de la Fundación Raoul Wallenberg. En una ocasión, compartió con él un acto junto con Emilie Schindler, que pasó sus últimos años en la Argentina, quien, con su marido salvó a muchos judíos durante el régimen nazi (lo que inspiró a la famosa película "La lista de Schindler", de Steven Spielberg).

En su momento, Quarracino además llamó al país a las religiosas de Nuestra Señora de Sión, para favorecer el diálogo y el encuentro con los hermanos mayores en la fe.

Reconocimientos académicos
En 1983 recibió el título de doctor «honoris causa» en Humanidades de la Universidad Católica de Puerto Rico. Y en 1997 la Universidad de FASTA lo designó doctor honoris causa.

Fue también miembro honorario de la Academia Argentina de Música (1995) y recibió la distinción Cruz Belgraniana en el grado de Gran Cruz, que otorga el Instituto Nacional Belgraniano (1995). En abril de 1997 se le otorgó la Gran Cruz de la Orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén.

Evocación en el obispado de Avellaneda
El obispo de Avellaneda-Lanús, monseñor Marcelo Julián Margni, publicó hoy un recordatorio del cardenal Quarracino, quien fuera el tercer obispo de la diócesis, el cual puede leerse aquí.+