Mons. Ojea: "El vacío se combate solo con la plenitud y la plenitud está en el perdón"

  • 19 de febrero, 2023
  • San Isidro (Buenos Aires) (AICA)
El obispo de San Isidro aseguró que hay que saber "perdonar a los enemigos", ya que "es la clave para poder construir un mundo nuevo y es una clave para la paz".

“Nos encontramos en el Evangelio con este texto del sermón de la montaña en donde Jesús expone la ley nueva, la ley del corazón, frente a la ley antigua. La ley antigua tenía muchísimos preceptos, la ley nueva es más sencilla, es más simple, pero mucho más exigente para su cumplimiento, miren: «Amen a sus enemigos, recen por los que los persiguen y así serán verdaderamente hijos del Padre Celestial que hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos»; esto es una superación de la justicia, no niega la justicia, pero sí niega el rencor y la venganza”, dijo el obispo de San Isidro y presidente del Episcopado, monseñor Oscar Vicente Ojea, en su reflexión por el séptimo domingo del tiempo de la Iglesia.

En ese sentido, además, se preguntó: “¿Cuántas veces nos detenemos en nuestro corazón para tocar continuamente las ofensas que nos ha hecho nuestro prójimo?”. “A veces de la propia familia, del propio grupo como una quinta columna dentro de nuestra vida, entonces tocamos la herida, revolvemos, ponemos distintos escenarios y nos quedamos allí”, continuó.

En esa línea, el prelado reconoció que “Jesús en el fondo nos va a decir «el mal es vacío de bien» y no se puede combatir un vacío con otro vacío, sino que el vacío se combate solo con la plenitud y, la plenitud está en el perdón; la plenitud está en la comprensión de por qué el otro, dentro de su historia, ha terminado con este acto”. 

Para esto, dijo, “me tengo que alejar, tengo que tomar distancia y esto no es fácil; es difícil, tengo que intentar ponerme en ese lugar sino el rencor y la venganza necesariamente se me van a volver en contra”.

Monseñor Ojea mencionó que cuando Jesús “nos dice ‘sean perfectos como es perfecto el Padre del cielo’, no nos quiere decir que seamos perfectos igual que el Padre; nos quiere decir, que seamos perfectos según todo lo que nosotros podemos”. “Perfecto quiere decir acabado, completado, pleno; que dentro de nuestros límites y de nuestra fragilidad, podamos dar todo lo que podemos para poder alcanzar esta plenitud que se encuentra escondida en el perdón”, agregó.

En esa línea recordó cuando San Juan Pablo II sufrió el atentado en la Plaza de San Pedro y luego de un tiempo perdonó a su agresor. “Qué importante que es en realidad este ejemplo que nos ha dado el santo Papa en estos últimos tiempos”.

Finalmente, manifestó: “Pidámosle al Señor que nos enseñe a comprender y a perdonar a los enemigos, es una clave para poder construir un mundo nuevo y, es una clave para la paz; es imposible que haya paz si estos sentimientos profundos expresados en el sermón de la montaña no se llevan adelante”.+