El Papa en Sudán del Sur: "¡Basta ya de violencia y destrucción!"
- 3 de febrero, 2023
- Juba (Sudán del Sur) (AICA)
En su primer discurso en tierras sursudanesas, el Papa recordó que el pueblo "llora por la violencia que sufre, por la perenne inseguridad, por la pobreza que lo aqueja y por los desastres naturales.
“Vengo como peregrino de la reconciliación”, dijo el papa Francisco en su primer discurso en Sudán del Sur, segunda escala de su visita apostólica a África, al dirigirse a las autoridades, la sociedad civil y el Cuerpo Diplomático, en el Palacio Presidencial de Juba.
El pontífice destacó que viene “con el sueño de acompañarlos en su camino de paz: un camino tortuoso, pero impostergable” y añadió: “No llegué aquí solo, porque en la paz, como en la vida, caminamos juntos” explicó Francisco que llegó al país de Sudán del Sur "acompañado por dos hermanos", el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, primado anglicano inglés; y por el moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, Greenshield.
“Juntos nos presentamos en el nombre de Jesucristo, Príncipe de la Paz, extendiendo nuestras manos a cada uno de ustedes y a este pueblo”, dijo el Papa al inicio de su discurso.
“En efecto, emprendemos esta peregrinación ecuménica de paz después de haber escuchado el grito de todo un pueblo que, con gran dignidad, clama por las violencias que sufre, por la perenne inseguridad, por la pobreza que los aqueja y por las condiciones naturales desastres que los aquejan.”
Francisco lamentó que “estos años de guerras y conflictos parecen no tener fin, e incluso recientemente se produjeron duros enfrentamientos, mientras los procesos de reconciliación parecen paralizados y las promesas de paz siguen sin cumplirse. Que este extenuante sufrimiento no sea en vano; que la paciencia y los sacrificios del pueblo de Sudán del Sur vean florecer y dar frutos de paz”.
El Papa hizo referencia en su discurso a que las frutas y la vegetación abundan en Sudán del Sur, gracias al Nilo Blanco, el gran río que atraviesa “este país reciente, pero con una historia milenaria”, de ahí que centrara sus palabras en “búsqueda de las fuentes de la convivencia". “Esta tierra, que abunda de tantos bienes tanto bajo tierra como en el corazón y en la mente de sus habitantes, necesita ser reabastecida de fuentes frescas y vitales”, subrayó Francisco.
No más sangre derramada
El Papa se dirigió a las autoridades señalando “ustedes son estas fuentes, las fuentes que riegan la convivencia general, los padres y madres de este niño-país” y los llamó “a regenerar la vida social, como fuentes transparentes de prosperidad y paz”.
“Los niños de Sudan del Sur -dijo Francisco- necesitan padres, no jefes; pasos firmes de desarrollo, no caídas continuas. Los años que siguieron al nacimiento del país, marcados por una infancia herida, dieron paso a un crecimiento pacífico”.
"Ilustres autoridades, sus 'hijos' y la misma historia los recordarán por el bien que han hecho a esta población, que les fue encomendada para servirla. Por el contrario, la violencia hace retroceder el curso de la historia", añadió.
El pontífice recordó entonces los dos días de retiro espiritual por la paz, en abril de 2019, realizados en el Vaticano con las autoridades civiles y eclesiásticas de Sudán del Sur.
“Señor presidente, señores vicepresidentes, en el nombre de Dios, del Dios al que oramos juntos en Roma, del Dios manso y humilde de corazón en el que creen tantas personas de este querido país, es hora decir basta… no más “peros”: no más sangre derramada, no más conflictos, no más violencias y acusaciones recíprocas contra quienes las cometen, no más dejar por falta de paz a este pueblo hambriento de paz. No más destrucción. Es hora de construir ¡Dejen atrás el tiempo de guerra y vengan tiempos de paz!”, exclamó Francisco
Al servicio del bien común
En las fuentes de este país, hay otra palabra que designa el rumbo tomado por el pueblo sursudanés el 9 de julio de 2011: República. “Pero, ¿qué significa ser una republica? Significa reconocerse como una realidad pública, es decir, afirmar que el Estado es de todos y, en consecuencia, quiénes dentro de él tienen mayores responsabilidades, presidiendo y gobernándolo, no puede dejar de ponerse al servicio del bien común. Esta es la finalidad del poder: servir a la comunidad”, subrayó el pontífice, llamando la atención sobre la tentación de utilizar el poder para los propios intereses.
“No basta llamarse República; debe ser así, comenzando por los bienes primarios: los abundantes recursos con que Dios bendijo esta tierra no están reservados a unos pocos, sino que son privilegio de todos; y, a los planes para la reactivación económica, corresponden proyectos para una distribución equitativa de la riqueza”, enfatizó.
La democracia presupone el respeto a los derechos humanos
El pontífice dijo entonces que para "la vida de una República, el desarrollo democrático es fundamental. La democracia presupone el respeto de los derechos humanos, y en particular la libertad de expresión de las propias ideas". “Tenemos que recordar que sin justicia no hay paz, pero también sin libertad no hay justicia. Es el momento del compromiso a favor de una transformación urgente y necesaria. El proceso de paz y reconciliación exige un nuevo salto, manos para llevar a feliz término el Acuerdo de Paz, así como su Hoja de Ruta”, dijo el Papa y añadió: “En un mundo marcado por divisiones y conflictos, este país acoge una peregrinación ecuménica de paz, lo cual es una rareza; que esto representa un cambio de ritmo, la oportunidad para que Sudán del Sur comience a navegar de nuevo en aguas tranquilas, retomando el diálogo sin pretensiones ni oportunismos”.
“¡Que sea una oportunidad para todos de relanzar la esperanza: que cada ciudadano comprenda que ya no es hora de dejarse llevar por las aguas insalubres del odio, del tribalismo, del regionalismo y de las diferencias étnicas, sino de navegar juntos hacia el futuro! ”
“Este es el camino: respetarse, conocerse, dialogar. Acoger a los demás como hermanos y darles espacio, incluso sabiendo dar algunos pasos hacia atrás. Esta actitud, esencial para los procesos de paz, es también indispensable para la cohesión y el desarrollo de la sociedad”.
Combatir la deforestación causada por la codicia de lucro
Luego el Papa recordó a los primeros misioneros que llegaron al país, a los que murieron sembrando vida ya los muchos trabajadores humanitarios: “Quiero agradecer a todos por el trabajo precioso que realizan”, dijo Francisco también recordó "a las numerosas víctimas de las inundaciones", a las que expresó su "solidaridad, exhortándolas a que no les falte la ayuda necesaria".
“Las calamidades naturales hablan de una creación herida y arruinada que, de fuente de vida, puede convertirse en amenaza de muerte. Necesitamos cuidarlo, con visión de futuro, pensando en las generaciones futuras. Estoy pensando, en particular, en la necesidad de combatir la deforestación causada por la avidez de ganancias”.
El Santo Padre también habló de la "limpieza que necesita el curso de la vida social" a través de la "lucha contra la corrupción", "la lucha contra la pobreza, que constituye el terreno fértil donde arraigan el odio, las divisiones y la violencia".
"La urgencia de un país civilizado es cuidar de sus ciudadanos, en particular de los más frágiles y desfavorecidos", dijo el Papa, recordando a los millones de desplazados que viven allí, "cuántos han tenido que abandonar sus hogares encontrándose relegados a los márgenes de la vida tras los enfrentamientos y desplazamientos forzados".
Impedir la llegada de armas
“Para que las aguas de la vida no se conviertan en peligro para la vida, es fundamental dotar a un río de las represas adecuadas. Lo mismo vale para la convivencia humana”, subrayó el Papa.
“En primer lugar, es necesario evitar la llegada de armas que, a pesar de todas las prohibiciones, siguen apareciendo en muchos países de la zona, incluido Sudán del Sur: ciertamente aquí se necesitan muchas cosas, pero no más instrumentos. de la muerte."
“Otras piezas son imprescindibles para garantizar el curso de la vida social”, dijo el Pontífice, refiriéndose a “el desarrollo de políticas sanitarias adecuadas, la necesidad de infraestructuras vitales, el papel primordial de la alfabetización y la educación, único camino para los niños de esta tierra tomar su futuro en sus propias manos. Ellos, como todos los niños de este continente y del mundo, tienen derecho a crecer con cuadernos y juguetes en sus manos, no con herramientas de trabajo y armas".
“Finalmente, el Nilo Blanco sale de Sudán del Sur, atraviesa otros Estados, se encuentra con el Nilo Azul y llega al mar: el río no conoce fronteras, pero une territorios. Asimismo, para lograr un desarrollo adecuado, es fundamental, hoy más que nunca, para cultivar relaciones positivas con otros países, comenzando por los vecinos", dijo también el Papa, quien agradeció a la comunidad internacional la preciosa contribución que ha hecho a este país, en favor de "su reconciliación y desarrollo".
Según el pontífice, para que haya "aportes provechosos es indispensable una comprensión eficaz de las dinámicas y los problemas sociales. No basta con observarlos y denunciarlos desde fuera, es necesario implicarse con paciencia y determinación, y en general a resistir la tentación de imponer modelos preestablecidos, ajenos a la realidad local. Como dijo San Juan Pablo II hace treinta años, en Sudán, "hay que encontrar soluciones africanas para los problemas africanos"".
Francisco pidió perdón si “algunas de mis expresiones pueden haber sido atrevidas y directas, pero les pido que crean que esto nace sólo de la estima y la preocupación con que acompaño tus vicisitudes, junto a los hermanos que me acompañaron hasta aquí, peregrino de la paz”, subrayó Francisco.
“Deseamos sinceramente ofrecer nuestras oraciones y nuestro apoyo para que Sudán del Sur se reconcilie y cambie de rumbo, para que su curso de vida ya no se vea obstaculizado por las inundaciones de violencia, obstruido por los pantanos de corrupción y frustrado por el desbordamiento de la pobreza. Que el Señor de los Cielos, que ama esta tierra, le conceda un nuevo tiempo de paz y prosperidad. ¡Dios bendiga a la República de Sudán del Sur!”.+