El Papa pide a los misioneros "corazones fervientes y pies en camino"

  • 25 de enero, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Mensaje del Santo Padre para la 97ª Jornada Mundial de las Misiones, que se celebrará el próximo 22 de octubre.

"Corazones ardientes, pies que caminan", es el tema del Mensaje del Santo Padre para la 97ª Jornada Mundial de las Misiones, publicado hoy por la Santa Sede y que se celebrará el próximo 22 de octubre. Francisco propone una meditación en torno a la historia de los discípulos de Emaús, invitando a los misioneros a partir también "con el corazón encendido, los ojos abiertos, los pies andando" para anunciar el Evangelio de Cristo.

En su mensaje el pontífice traza el itinerario de los discípulos misioneros. En tres etapas, el relato del Evangelio de Lucas nos permite "renovar nuestro celo por la evangelización en el mundo de hoy", explica el Papa.

Conoce la Sagrada Escritura
Primero, los dos discípulos tienen un corazón ardiente “mientras nos explicaba las escrituras”. “La Palabra de Dios ilumina y transforma el corazón en la misión”, recuerda el Santo Padre.

Este pasaje evangélico muestra también que en todo momento “el Señor resucitado está cerca de sus discípulos misioneros, y camina junto a ellos, especialmente cuando se sienten perdidos, desanimados, atemorizados ante el misterio de iniquidad que los rodea y se siente abatidos”.

El Papa expresa también su “cercanía en Cristo a todos los misioneros del mundo, especialmente a los que atraviesan un momento difícil: queridos amigos, el Señor resucitado está siempre con ustedes y ve su generosidad y sus sacrificios por la misión de evangelizar en los lugares más remotos", escribe y añade: "no todos los días de la vida son soleados, pero recordemos siempre las palabras del Señor Jesús a sus amigos antes de su pasión: "En el mundo hay sufrimiento, pero ¡ánimo! soy vencedor del mundo” (Jn 16, 33)”.

Tras estos estímulos, Francisco vuelve a la Palabra de Dios, subrayando que “el conocimiento de la Escritura es importante para la vida del cristiano, y más aún para el anuncio de Cristo y de su Evangelio. De lo contrario, ¿qué transmites a los demás sino tus propias ideas y proyectos? ¿Y puede un corazón frío hacer que otros se quemen?

La Eucaristía, "fuente y cumbre de la misión"
En segundo lugar, iluminados por esta Palabra que da sabiduría, los ojos de los discípulos de Emaús se abren y reconocen al Señor en la fracción del pan. “Jesús en la Eucaristía es la cumbre y la fuente de la misión”, subraya el pontífice.

Todo discípulo misionero, prosigue, “está llamado a convertirse, como Jesús y en Él, por la acción del Espíritu Santo, en el que parte el pan y en el que es partido por el mundo”.

Compartir el pan “con los hambrientos en el nombre de Cristo es ya un acto cristiano misionero. Con mayor razón, la fracción del Pan eucarístico que es Cristo mismo es la acción misionera por excelencia, porque la Eucaristía es la fuente y la cumbre de la vida y misión de la Iglesia”, añade Francisco refiriéndose a su predecesor Benedicto XVI.

El Santo Padre invita a permanecer unidos a Cristo, especialmente a través de “la adoración, permaneciendo en silencio ante la presencia del Señor que permanece con nosotros en la Eucaristía. Cultivando amorosamente esta comunión con Cristo, el discípulo misionero puede convertirse en un místico en la acción”, asegura.

Pies que se ponen en camino
Los discípulos de Emaús salen finalmente de este inesperado encuentro “con los pies en movimiento, con la alegría de contar la historia de Cristo resucitado”. Y Francisco describe “la eterna juventud de una Iglesia siempre en salida”, que encuentra su fuente en el amor del Señor. 

Como los discípulos, “aquellos que reconocieron a Cristo resucitado en las Escrituras y en la Eucaristía, y que llevan su fuego en el corazón y su luz en los ojos, son el primer y principal recurso de la misión”. Con una fuerza: “pueden dar testimonio de la vida que nunca muere, incluso en las situaciones más difíciles y en los momentos más oscuros”.

El Santo Padre reafirma también la urgencia de la evangelización en el contexto actual. “Hoy más que nunca, la humanidad, herida por tanta injusticia, división y guerra, necesita la Buena Noticia de la paz y la salvación en Cristo. Por eso aprovecho esta oportunidad para reafirmar que 'toda persona tiene derecho a recibir el Evangelio'”, escribe Francisco.

El papel de las Obras Misionales Pontificias
La misión requiere concretamente “una cooperación misionera cada vez más estrecha de todos sus miembros a todos los niveles”, recuerda el Santo Padre. 

“Es un objetivo esencial del camino sinodal que la Iglesia está realizando con las palabras clave: comunión, participación, misión”. Esto pasa también por las Obras Misionales Pontificias -nacidas en Francia en el siglo XIX y ahora adscritas al Dicasterio para la Evangelización- “instrumento privilegiado para promover esta cooperación misionera a nivel espiritual y material”. “Por eso la colecta de las ofrendas para la Jornada Mundial de las Misiones está dedicada a la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe”, resalta Francisco de cara al próximo 22 de octubre.

El Santo Padre termina su mensaje deseando que el testimonio de todo misionero sea “relato gozoso de Cristo Señor, de su vida, de su pasión, de su muerte y de su resurrección, de las maravillas que su amor realizó en nuestra vida".

“Salgamos con el corazón encendido -concluye- ojos abiertos, pies en movimiento, para inflamar otros corazones con la Palabra de Dios, abrir otros ojos a Jesús Eucaristía, e invitar a todos a caminar juntos por el camino de la paz y la salvación que Dios, en Cristo, ha dado a la humanidad".+

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