Desarrollo humano integral y educación van de la mano, recordó Francisco

  • 23 de enero, 2023
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El Papa recibió hoy a los miembros de la Obra para la Alfabetización en el Mundo (OPAM) con motivo del 50 aniversario de su fundación.

“No puede haber desarrollo humano integral sin educación”, dijo el papa Francisco este lunes 23 de enero, al reunirse con los voluntarios de la Obra para la Alfabetización en el Mundo (OPAM). El pontífice agradeció los 50 años de existencia de esta organización católica sin fines de lucro de promover el derecho a la educación como un medio para vencer la pobreza.

La organización se dedica a construir y apoyar escuelas, organizar la formación de docentes, la alfabetización y la formación profesional para adultos, especialmente mujeres, en más de 80 países para promover el desarrollo sostenible y la dignidad humana para todas y cada una de las personas.

También está comprometida con la promoción de una cultura de paz mediante el hermanamiento de escuelas en el Norte Global y el Sur Global y proyectos interculturales.

Fue fundado en 1972 por el sacerdote italiano Carlo Muratore, quien después de trabajar varios años como misionero en Venezuela, se dio cuenta de que la principal causa de la pobreza es el analfabetismo.

Al dar su bienvenida a los “amigos de la OPAM”, el Santo Padre agradeció ante todo al padre Robert, su presidente, el saludo que le dirigió en nombre de los doscientos voluntarios presentes en esta audiencia celebrada en el Sala Clementina del Palacio Apostólico. Y destacó cuán significativo es que, precisamente su presidente, es ante todo “un testigo”, porque de niño pudo estudiar gracias a la ayuda de esta Obra, sin imaginar que un día, habría estado en Roma dirigiéndola.

“¡Son las sorpresas de Dios! Pero Dios quiere tener necesidad de nuestra solidaridad”, expresó Francisco.

Tras recordar que acaban de cumplirse cincuenta años desde que el padre Carlo Muratore puso en marcha este servicio porque, “en su experiencia misionera, se dio cuenta de que una parte esencial de la evangelización y de la promoción humana es la educación”, el pontífice destacó que aquellos “eran los años en que Pablo VI escribió la encíclica Populorum progressio, señalando con letras claras el desarrollo como camino hacia la paz. Y no puede haber desarrollo humano integral sin educación”.

Agradecimiento del Santo Padre
“Damos gracias a Dios por el celo apostólico del padre Carlo, por su gran corazón y su mente abierta. Así como por su sucesor, el padre Aldo Martini, que guió la Obra durante veinte años, asumiendo las urgencias que provenían de la realidad histórica y del Magisterio de la Iglesia”.

“Y tanta gratitud a los colaboradores y a los numerosos voluntarios, que en estos cincuenta años permitieron a la OPAM poner en marcha y realizar miles de proyectos y adopciones a distancia en más de ochenta países”

Retomando el llamamiento de la Populorum progressio, el Santo Padre dijo que “cuando releemos estos grandes documentos pontificios de los años sesenta -lo mismo ocurre con la Pacem in terris de San Juan XXIII- nos damos cuenta de su actualidad y de que, desgraciadamente, su mensaje no fue recibido. Sí, de palabra, muchos expresaron su consenso, pero de hecho el modelo de desarrollo no cambió hasta hoy. Lo que significa que, a pesar de las numerosas y generosas obras de solidaridad llevadas a cabo a nivel civil y eclesial, no se eliminaron las causas del subdesarrollo”.

“Pues bien, subrayó el Papa, su trabajo pretende precisamente eliminar una de las causas del subdesarrollo, que es evidentemente el analfabetismo”.

Francisco recordó que Pablo VI escribió: ‘La educación básica es el primer objetivo de un plan de desarrollo. En realidad, el hambre de educación no es menos deprimente que el hambre de alimentos’ y añadió el Papa: “De hecho, vi que en el logo de la OPAM está escrito: ‘Pan de la educación’. Sí, es así, exclamó el pontífice”.

El "sueño" de la Populorum progressio
Francisco explicó que el "sueño" de la Populorum progressio, “es el mismo que el de su encíclica Fratelli tutti. Es el sueño de la Iglesia, mejor dicho, el sueño de Dios, que quiere un mundo en el que todos podamos vivir como hermanos con plena dignidad”. Y les dio las gracias porque “con su compromiso diario cooperan a hacer realidad este sueño ‘de fraternidad y de amistad social que no se limita a las palabras’", tal como él mismo escribió en su encíclica.

Antes de despedirse el Santo Padre los animó a seguir avanzando, “yendo hacia adelante y procurando que la calidad de su acción sea alta, para que pueda ser siempre promocional”. Además, el Papa les pidió que alimenten su labor continuamente “con la savia del Evangelio, para que el Espíritu Santo mantenga viva la inspiración, la motivación y el estilo de su compromiso”. 

“Que la Virgen los acompañe y les dé la alegría de ‘salir deprisa’ al encuentro de tantas situaciones que necesitan ayuda”, concluyó Francisco.+