La Navidad en Sudán del Sur, entre la espera del Papa y el miedo por la violencia

  • 21 de diciembre, 2022
  • Juba (Sudán del Sur) (AICA)
El pontífice estará en el país africano del 3 al 5 de febrero, en un viaje que estará centrado en la paz y el diálogo interreligioso. Mientras tanto, los asesinatos y la violencia continúan.

Los católicos de Sudán del Sur viven esta Navidad entre el miedo por la situación de conflicto que vive el país y la alegría por la próxima visita del papa Francisco, del 3 al 5 de febrero. 

Más de 160 muertos, 237 heridos, entre 20.000 y 50.000 desplazados internos y 3.000 refugiados: estas cifras representan el drama que vive la población de los estados de Alto Nilo y Jonglei, tras reanudarse, en agosto, los combates entre milicias rivales.

El obispo de Malakal, monseñor Stephen Nyodho, hizo un llamamiento a las distintas facciones en conflicto: “Un día lucharon como un solo cuerpo para liberar este país. Los invito sinceramente a escuchar las voces de sus conciencias y ver el sufrimiento de su pueblo". El diocesano hizo referencia a la lucha de Sudán del Sur por su independencia de Sudán, que terminó en 2011 con la proclamación del nuevo Estado, con capital en Juba. Sin embargo, el breve período de paz duró poco, ya que en diciembre de 2013 estalló la guerra civil, que enfrentó a los bandos del presidente Salva Kiir Mayardit y del exvicepresidente Riek Machar, a los que se sumaron varios otros grupos y milicias.

Por su parte, el obispo de Rumbek, monseñor Christian Carlassare, explicó que, en medio de esta violencia, en este Adviento, se está preparando la próxima visita del papa Francisco que -según lo anunció el propio pontífice- tendrá lugar del 3 al 5 de febrero.

El obispo explicó que, además, esta alegría se da también porque “es tiempo de abundancia, al llegar inmediatamente después de la temporada de cosecha y la gente permanece en sus casas de forma estable y tiene comida suficiente".

Pero el Adviento también trae temores, ya que estos días es cuando el pantano se seca y los caminos pueden recorrerse sin dificultad. “Por lo tanto, siempre es el momento en que puede ocurrir algo, como enfrentamientos o conflictos entre facciones rivales", argumentó.

En las últimas semanas, los combates se han trasladado al estado del Alto Nilo y también están afectando a los asentamientos civiles. Monseñor Carlassare aclaró que, pese a todo, "políticamente, existe un deseo de paz y la población también anhela este gran objetivo. El llamamiento a la paz debe hacerse ahora, sobre todo a los grupos rivales, que han vuelto a tomar las armas y no han firmado el acuerdo de paz, y siguen desestabilizando todo Sudán del Sur".

El obispo sabe bien de lo que habla, ya que el pasado año resultó herido a tiros en su casa por dos pistoleros. Pese a la escalada de violencia, asegura que la fe de su pueblo no se ve afectada: "La preparación de la Navidad la estamos viviendo con visitas a las familias, las comunidades se reúnen en oración y, este año, también se está llevando a cabo la preparación del sínodo diocesano que tendremos en febrero, inmediatamente después de la visita del Papa", manifestó el prelado.

El pontífice argentino llegará al país africano en un viaje que estará centrado en la paz y el diálogo interreligioso. El obispo de Rumbek describió la emoción con la que el pueblo de Sudán del Sur espera a Francisco: “La Conferencia Episcopal, junto con las demás Iglesias cristianas, están preparando las actividades que tendrán lugar durante esos días. El Pontífice viene como peregrino de la reconciliación, y encontrará una Iglesia que también es peregrina de la paz", puntualizó el obispo, que revela que los fieles de su diócesis irán a recibir al Papa con una peregrinación a pie desde Rumbek hasta la capital, Juba: "Así podremos sentir que somos una Iglesia, podremos sentir que somos un pueblo", detalló.

El papa Francisco, tras el Ángelus del domingo 11 de diciembre dijo: “Sigo con dolor y preocupación las noticias que llegan de Sudán del Sur sobre los violentos enfrentamientos de los últimos días. Roguemos al Señor por la paz y la reconciliación nacional, para que cesen los ataques y se respete siempre a los civiles”.

La "Troika" formada por Estados Unidos, Reino Unido y Noruega, que supervisa la aplicación de los acuerdos de paz, emitió una declaración conjunta con la UE en la que expresaba su preocupación “por la escalada de violencia en Alto Nilo y Jonglei, donde se registran asesinatos masivos, destrucción de hogares y medios de subsistencia, y violencia sexual y de género, incluso contra los niños”. “La Troika y la UE hacen un llamamiento urgente a los líderes de transición de Sudán del Sur, para que actúen ya, pongan fin a la violencia y protejan a los civiles, permitiendo el acceso seguro de la ayuda humanitaria al estado del Alto Nilo y Jonglei, así como a otras zonas de conflicto del país, y a los más de 9,4 millones de personas que necesitan asistencia en todo Sudán del Sur”.+