Mons. García Cuerva animó a construir un país más justo, tirando para adelante como un equipo

  • 20 de diciembre, 2022
  • Río Gallegos (Santa Cruz) (AICA)
En el tedeum por el aniversario de Río Gallegos, el obispo trazó un paralelismo entre la final del Mundial de Qatar y la realidad cotidiana, invitando a "seguir soñando las locuras de Dios".

El obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva, presidió -el 19 de diciembre- el solemne tedeum por el 137° aniversario de la ciudad en la catedral Nuestra Señora de Luján, en el que reflexionó sobre el relato evangélico en el que se habla de la vida de los pastores que por turnos vigilaban sus rebaños.

El prelado hizo hincapié en el concepto de “vigilantes”, pero diferenciando: “No como francotiradores aislados, o líderes personalistas que se creen los salvadores; sino unidos, trabajando en equipo, asumiendo que el otro es mi hermano, no mi enemigo”.

“Por eso, los pastores vigilan por turnos, se organizan. Son conscientes de su limitación, de su fragilidad. Saben que ninguno de ellos tiene toda la fuerza y energía para vigilar y defender solo los animales durante toda la noche”, agregó.

Al relacionar el texto del Evangelio con el triunfo en el Campeonato Mundial que la Argentina obtuvo el domingo en Qatar, el prelado santacruceño afirmó: “La experiencia del Mundial es fiel reflejo de todo esto. Ser equipo más allá de las individualidades”.

“Ayer, Leo Messi escribía un tweet: ‘Demostramos una vez más que los argentinos cuando luchamos juntos y unidos somos capaces de conseguir lo que nos propongamos. El mérito es de este grupo, que está por encima de las individualidades, es la fuerza de todos peleando por un mismo sueño, que también era el de todos los argentinos…lo logramos!’”, citó.

En este sentido, monseñor García Cuerva, llamó a hacer carne las palabras del papa Francisco en su última encíclica, Fratelli Tutti: “Nadie puede pelear la vida aisladamente. Se necesita una comunidad que nos sostenga, que nos ayude y en la que nos ayudemos unos a otros a mirar hacia delante. ¡Qué importante es soñar juntos! Solos se corre el riesgo de tener espejismos, en los que ves lo que no hay; los sueños se construyen juntos”.

“Los pastores vigilan por turnos y lo hacen durante la noche. No se dejan ganar por la oscuridad de los miedos y la desesperanza; por las sombras de la injusticia, por las tinieblas del egoísmo y de la división entre hermanos, por la noche de la grieta”, describió, y planteó: “Tantos hermanos, 18 millones de argentinos, que viven en la oscuridad de la pobreza y de la indigencia. Y por eso, hoy más que nunca, como aquellos pastores, tenemos que estar vigilantes y ser luz de esperanza a pesar de todo”.

“Precisamente porque están atentos y despiertos, los pastores pueden recibir la noticia del Ángel, la mejor noticia: ‘ha nacido un Salvador, el Mesías, el Señor’. Ayer (Lionel) Scaloni, el director técnico, comenzó la conferencia de prensa diciendo ‘el partido fue una locura’”, señaló el diocesano, y subrayó: “Y sí...y la primera locura es de Dios en Navidad: un Dios enamorado de la humanidad se hace uno de nosotros, se solidariza con nuestra vida, no desde atrás de un escritorio o desde un atril, sino desde un pesebre, asumiendo nuestra fragilidad, con todo lo que ello implica”.

Monseñor García Cuerva invitó a estar despiertos, “trabajando en equipo, de manera articulada, con esperanza en medio de la noche de los problemas de nuestra realidad. Que podamos -jugándonos la vida en el compromiso con todos, especialmente los más pobres y los que sufren- reconocer a cada ser humano como un hermano o una hermana, y buscar una amistad social que integre a todos”, y aseguró: “Esto no es una utopía”.

“El partido de ayer, como el partido contra Países Bajos, fue demostración de lo que somos. Jugamos el partido de la vida; tenemos nuestros momentos de alegría y triunfo, nuestro 2 a 0; y como siempre, los argentinos nos agrandamos. Tenemos nuestros momentos de sufrimiento, y nos sentimos derrotados. Tenemos nuestros cansancios, cuando la vida nos duele por tantas patadas recibidas. Pero podemos resurgir, y si el partido fue una locura, como dijo Scaloni, podemos seguir soñando las locuras de Dios: ser hermanos, construir un país más justo y fraternos, perdonarnos y tirar para adelante”, opinó.

“Este es nuestro compromiso con la historia, con esta, nuestra hora; algunos nos dirán que somos ilusos soñadores, pero no importa. Los sueños nos impulsan hacia adelante, nos dan energías, y son luz en la oscuridad de la vida. Soñar es animarnos a recuperar los ideales. Soñemos como una única humanidad, como caminantes de la misma carne humana, como hijos de esta misma tierra que nos cobija a todos, cada uno con la riqueza de su fe o de sus convicciones, cada uno con su propia voz, pero todos hermanos”, concluyó.+

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