Card. Parolin: "Recemos por la paz en Ucrania y en todos los países que sufren la guerra"
- 18 de noviembre, 2022
- Roma (Italia) (AICA)
En una misa por Ucrania, el purpurado afirmó: "Si es legítimo defenderse de los que nos quieren avasallar, es aún más legítimo defenderse del odio y la venganza".
"Casi nueve meses de guerra a gran escala redujeron una parte del país a ruinas, vaciado de gente, lleno de escombros y envuelto en la oscuridad", lamentó el cardenal Piedro Parolin, secretario de Estado, en la homilía de la misa celebrada en la basílica de Santa Maria la Mayor con motivo del 30 aniversario de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y Ucrania.
"En una escena de muerte, donde las lágrimas y la sangre fluyen en la garra cada vez más dolorosa del frío y la oscuridad, la Palabra de Dios contradice la evidencia del 'horror de la guerra' y el fracaso de los esfuerzos humanos", afirmó el purpurado vaticano en la celebración eucarística, promovida por la Embajada de Ucrania ante la Santa Sede en colaboración con la Secretaría de Estado.
El cardenal Parolin recordó que "en medio de los escombros", el profeta Isaías, y más generalmente el hombre de Dios, "vislumbra un camino de recuperación, de reconstrucción: el desierto se convertirá en un jardín, que a su vez se convertirá en un bosque exuberante". El desierto, agregó, "es una de las realidades más inhóspitas del planeta, un símbolo de lo que parece irremediablemente perdido".
Precisamente, sostuvo, "cuando se toca fondo, el anuncio se eleva: no hay situación tan comprometida que el Espíritu de Dios no pueda hacer resurgir. Dios promete su Espíritu: transformará lo que parece perdido", y explicó que de ahí la exhortación a pedir al Señor "que difunda su Espíritu para liberar a la humanidad del flagelo de las luchas armadas".
Tras observar que Dios, de hecho, quiere que todos vivan en armonía, no aniquilándose unos a otros, sino ayudándose a crecer", afirmó que el deseo divino es el de "una auténtica fraternidad humana".
El secretario de Estado del Vaticano señaló que Jesús, sin embargo, desafía a todo hombre con preguntas impactantes e invitó a poner la otra mejilla. "Son palabras que laceran el corazón de quienes son víctimas de la injusticia, pueden escandalizar", pero no deben interpretarse como una invitación del Señor a "inclinarse ante la injusticia".
De hecho", continúa el cardenal, "no exige cosas injustas, ni imposibles", sino que pide nuestra disponibilidad: no es imposible romper el círculo vicioso de la violencia. La invitación es a la vigilancia, a no ceder al rencor: "Si es legítimo defenderse de los que nos quieren avasallar, es aún más legítimo defenderse del odio y de la venganza: 'no podemos permitir poner fin al mal exterior, mientras crece el mal en nuestro interior'. El ejemplo lo ofrece Jesús que 'al pedirnoslo, nos asiste', haciéndonos capaces de sembrar vida donde otros siembran muerte".
El cardenal Parolin invitó a la gente a rezar por la paz, la justicia y la seguridad, y expresó su deseo de que la "martirizada Ucrania ", representada en la basílica por numerosos fieles y algunas banderas azules y amarillas, "de desierto vuelva a ser un jardín floreciente y se convierta en un bosque exuberante ".+