El agradecimiento personal del arzobispo cordobés a Mons. Pedro Torres

  • 16 de noviembre, 2022
  • Córdoba (AICA)
Mons. Rossi destacó la tarea pastoral de quien seguirá cumpliendo su misión episcopal en la diócesis de Rafaela y valoró que se haya puesto al hombro la arquidiócesis cuando estuvo frágil de salud.

El arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Sixto Rossi SJ, escribió una carta a la comunidad a raíz de la designación del hasta ahora obispo auxiliar, monseñor Pedro Javier Torres, como diocesano de Rafaela (Santa Fe), en la que le agradeció públicamente su labor pastoral, especialmente su trabajo a favor del diálogo interreligioso y del acompañamiento de sacerdotes y religiosos.

A modo personal, el arzobispo cordobés destacó que monseñor Torres le haya abierto las puertas y presentado la arquidiócesis y valoró que junto con el otro obispo auxiliar, monseñor Ricardo Seirutti, se cargó sobre sus hombros los “primeros meses de episcopado que los viví en fragilidad, cubriendo todos los espacios que yo no podía atender, acompañando, redoblando esfuerzos y compromisos pastorales, sacrificando incluso sus vacaciones”. 

“Por todo eso y por lo que cada uno atesora en su corazón de monseñor Pedro: muchas gracias”, sostuvo.

Tras encomendar al Santo Cura Brochero su nuevo pastoreo, monseñor Rossi le transmitió a monseñor Torres: “Aunque no hace falta que lo digamos, que sepa que ésta es y será siempre su casa”.

Texto del mensaje
Querida Comunidad de la arquidiócesis de Córdoba:

El viernes pasado, 11 de noviembre supimos que el papa Francisco ha nombrado a Mons. Pedro Torres, hasta ahora obispo auxiliar de la arquidiócesis, como nuevo obispo diocesano de Rafaela (Santa Fe). 

Y como comunidad, como presbiterio y a modo personal queremos agradecerle profundamente su paso por nuestra Córdoba, que más que “paso” ha sido “una vida”, ya que Pedro metió el corazón y las manos sin reservarse nada desde su entrada al Seminario y en cada una de las misiones que la Iglesia le pidió su servicio: parroquias varias, sus estudios en Roma, su rol de formador y rector del Seminario mayor, su ministerio episcopal desde 2013, su acompañamiento a tantos curas, religiosos, religiosas y laicos. Su presencia como miembro del Comipaz, siendo con los otros integrantes de las diversas religiones, ejemplo de trabajo por la unidad y de verdadera amistad en la fe, testimonio que trasciende las fronteras de nuestra arquidiócesis. 

Quizás lo que resuma y dé razón de toda esta entrega, esté expresado en una frase que me dijo cuando enterados de la novedad charlamos del tema: “Nunca le he dicho que no al Señor”. Actitud que uno sabe que además de generosidad implica “despojo”. 

A modo personal, Pedro me abrió las puertas de la arquidiócesis, me la presentó, y junto con Mons. Ricardo Seirutti se cargó sobre sus hombros mis primeros meses de episcopado que los viví en fragilidad, cubriendo todos los espacios que yo no podía atender, acompañando, redoblando esfuerzos y compromisos pastorales, sacrificando incluso sus vacaciones. 

Por todo eso y por lo que cada uno atesora en su corazón de Mons. Pedro: muchas gracias. 

Y lo segundo: que sepa que lo encomendamos en su nuevo pastoreo, que confiamos lo vivirá con la misma entrega y generosidad. Y aunque no hace falta que lo digamos, que sepa que ésta es y será siempre su casa. 

Que la Virgen lo ponga bajo su manto, y que Brochero lo acompañe a cruzar esta nueva frontera. 

En Cristo.+