Mons. Ojea llamó a hacer lo propio de una "Iglesia en salida"

  • 7 de noviembre, 2022
  • Pilar (Buenos Aires) (AICA)
En la misa de apertura de la 121ª Asamblea Plenaria, recordó que esto es "penetrar la nueva cultura con la frescura del Evangelio" y aseguró que el pueblo de Dios necesita ser y sentirse escuchado.

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Vicente Ojea, celebró la misa de apertura de la 121ª Asamblea Plenaria en la capilla de la casa de retiros “El Cenáculo", de Pilar, donde recordó que “abrir y no cerrar es el camino de la identidad eclesial” y subrayó: “Es lo propio de una Iglesia en salida que busca penetrar la nueva cultura con la frescura del Evangelio”.

En el inicio de la homilía, el obispo sanisidrense, invitó a sus hermanos en el episcopado a “cuidarse mucho de no ser obstáculo para que los demás puedan seguir caminando y avanzando en su camino de maduración humana y cristiana”.

“La profunda división en la que vivimos como sociedad, advirtió, es un motivo de escándalo y es causa de perplejidad para muchas personas” y lamentó: “La pandemia no nos dejó un mundo mejor, sino una nueva pandemia de graves desequilibrios y rupturas”.

El presidente de la CEA precisó que “la cuestión que más nos aflige en este tiempo son las hondas fracturas en el cuerpo social. Muchos creen que la identidad se construye diferenciándonos, marcando nuestra diversidad en el modo de pensar y de sentir con el otro”, aseguró.

Monseñor Ojea sostuvo que “la experiencia del Sínodo nos va mostrando que nuestro pueblo necesita ser escuchado, no solo para recibir repuestas sino sentirse escuchado”.

“Frente a un panorama lleno de contradicciones fuimos testigos de la enorme cantidad de fieles que -después de la pandemia- peregrinaron a nuestros santuarios a lo largo del país”, tales como las manifestaciones de fe popular en Catamarca, Salta, Itatí, San Nicolás y Luján, entre otras.

“Quiera el Señor que podamos dejarnos interpelar por el eco de la voz de Dios que aquí resuena sacramentalmente. Una oración más intensa, una escucha más decidida de la realidad, junto con el discernimiento comunitario, que alcanzaremos por medio de un diálogo sincero entre nosotros, puedan ser el modo de encontrar el camino en la oscuridad”, planteó. 

El obispo de San Isidro recordó que el Siervo de Dios cardenal Eduardo Pironio decía: “Cuando uno se siente pobre, Dios se hace cercano e íntimo” e invitó a pedirle a María, medianera de todas las gracias, que “a través de este tiempo duro y difícil podamos crecer en la esperanza y ser cada día más fieles a nuestra vocación de pastores”.

El plenario episcopal, que se extenderá hasta el próximo viernes, comenzó esta tarde con el habitual intercambio pastoral, en el que los obispos de las distintas regiones del país comparten las realidades de la evangelización y desafíos que se presentan en este tiempo.

» Texto completo de la homilía

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