Eutanasia: La Iglesia uruguaya lamenta el avance de la "cultura de la muerte"

  • 7 de octubre, 2022
  • Montevideo (Uruguay) (AICA)
Tras su media sanción en la Cámara de Diputados, los obispos consideraron que se trata de un "claro retroceso" en el reconocimiento de la dignidad de toda vida humana. Ahora, pasa al Senado.

“Un claro retroceso en el reconocimiento de la dignidad de toda vida humana acaba de votar la mayoría de diputados”. Con estas contundentes palabras el cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo, manifiesta su preocupación ante el hecho de que la mayoría de la Cámara de Diputados en Uruguay aprobara el proyecto de ley de eutanasia. Con 57 votos de 96 posibles, ahora pasará a la Cámara de Senadores.

“Avanza la cultura del descarte y de la muerte”, afirma el cardenal Sturla. Una preocupación compartida por el arzobispado de Montevideo en sus redes oficiales: “No queremos sufrir ni que ningún uruguayo sufra. Tomar contacto con el dolor y la muerte nos angustia siempre; pero cuando nos sentimos acompañados, bien tratados y queridos todo se hace diferente”.

A su vez, acotan que “todos deberíamos tener una atención adecuada y eficaz de nuestras enfermedades, hasta el final”. “Para nosotros TODA vida es digna. Vemos en los otros hermanos, hijos e hijas de un mismo Padre”.

Una consternación de la que se hacen eco otros obispos del país, como monseñor Alberto Sanguinetti, emérito de Canelones, quien, antes del inicio de la discusión, escribió: “Los que tienen que defender a los débiles ¿permitirán que los habitantes de este suelo se separen entre los que se pueden matar y los que no?”.

Por su parte, en una reflexión en video, monseñor Jaime Fuentes, obispo emérito de Minas, afirma que esta es “una expresión más de la falta de amor a la vida que quisiéramos que se viviera en nuestro país”.

“Lo que han demostrado los legisladores que ayer votaron a favor de esta ley es que coinciden con un relativismo ético individualista disfrazado de compasión que es incapaz de proteger la vida de nuestros hombres y mujeres que sufren, y pueden sufrir mucho, y por eso necesitan más de todo el apoyo. Un relativismo que es incapaz de legislar para que esas personas puedan ser ayudadas a sobrellevar el dolor que puede causar esa enfermedad”.

“Creo que se han dejado llevar por un sentimentalismo que no ve más allá de las propias emociones, y es incapaz de valorar la gravedad social que traerá consigo la licencia para matar que han puesto en manos de los médicos, médicos que han sido formados para todo lo contrario, para aliviar el dolor, para curar las enfermedades”, dice. “Ya teníamos (ya tenemos) legislado el derecho a matar al más inocente en el vientre de su madre, es una barbaridad. Más de 10.000 niños y niñas que no van a nacer este año, ni el anterior, ni el anterior, ni el anterior”, asevera, en alusión a la legalización del aborto en 2012. Por este motivo, monseñor Fuentes sostiene que ya está instalado un clima social de falta de respeto a la vida, que se potenciará si se aprueba este proyecto en Senadores.

Además de los prelados, especialistas de distintos campos se pronunciaron rechazando este paso que confirma una tendencia mayoritaria en contra del derecho fundamental a la vida. Es el caso, por ejemplo, del filósofo Miguel Pastorino, quien subraya que “la manifestación de la fragilidad humana constituye una ocasión para probar la profundidad de las personas”. “El desarrollo cívico de una sociedad y del Estado se mide por la protección, el respeto y el cuidado que muestra hacia sus ciudadanos más vulnerables”.

“Afrontar el final de la vida: un aporte al debate público”
La Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) ya emitió su parecer sobre este asunto en múltiples oportunidades. Una de las más recientes es el documento publicado en julio pasado, como un aporte al debate público. Es un texto dirigido “a todos los hombres de buena voluntad y a las comunidades cristianas”.

Con dicho documento, la CEU ha querido “hacer pública nuestra valoración sobre la eutanasia y el suicidio asistido, para contribuir al necesario y civilizado debate público sobre un tema tan relevante”. No obstante, resaltan que el Episcopado siempre ha hecho oír su voz en defensa de la vida.+