Mons. Barba pidió a la Virgen que "la Iglesia camine atenta al momento que vivimos"

  • 3 de octubre, 2022
  • San Luis (AICA)
La comunidad de San Luis celebró las fiestas patronales en honor de Nuestra Señora del Rosario del Trono. Hubo procesión por las calles de la ciudad y una misa presidida por el obispo.

Los fieles de la ciudad de San Luis honraron en la tarde del domingo 2 de octubre a Nuestra Señora del Rosario del Trono.

La procesión de la patrona por las calles de la ciudad capital estuvo acompañada por niños con uniformes y niñas con túnicas blancas. Al llegar al templo, la imagen de la Virgen fue recibida con una lluvia de papeles blancos y amarillos, y pétalos de rosa. Los fieles agitaban pañuelos a su paso.

Al ingresar al santuario mariano diocesano, con el templo colmado de fieles se celebró la Eucaristía presidida por el obispo de San Luis, monseñor Gabriel Bernardo Barba.

En su homilía, el obispo expresó: "Por siglos se repite este amor a la Virgen que tiene este pueblo puntano a la Virgen, Nuestra Señora del Rosario del Trono. 'María, partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá, entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel'. Esto sucede después del misterio de la Encarnación donde el Hijo del Hombre empieza a tomar forma humana en el seno de María, y María no se queda paralizada, no se queda para protegerse o para cuidarse, sale y entra a la casa de Zacarías, de Isabel. Y ahí empieza el misterio a ser revelado. Y Juan el Bautista salta de gozo, está conociendo al Señor que lo venía a visitar, en aquel sagrario que era el vientre de María", relató.

"María vuelve a partir, a caminar, seguramente dolorosa y cansada, embarazada hacia Belén; y después una vez más, levantar todo y cuidar al niño, y camina al exilio, a Egipto; y cuando Jesús anunciaba el Reino de Dios, María acompañando el caminar de su Hijo y María al pie de la cruz; y María en pentecostés; y María con los apóstoles ¡Nunca quieta! ¡Nunca encerrada! ¡María que sale a anunciar, María que lleva a Jesús, María que acompaña el misterio de la Iglesia naciente!", destacó.

"Seguramente a María el tiempo la ayudó a entender más. El tiempo, el caminar, el saber escuchar y ver, no pasar de largo, la llevó a profundizar el misterio. Este camino es algo que nosotros también tenemos que vivir", exhortó.

"Nuestra fe no es un estancamiento, no es sentarnos a ver la gloria del pasado o el misterio de un Dios que se manifestó tiempo atrás, sino que nuestra fe nos obliga a mirar, a escuchar, a caminar, a salir de este modo, como búsqueda personal y también como construcción de una Iglesia que camina, que dialoga con el mundo que nos toca vivir, que evangeliza e ilumina el mundo, como la Virgen María: saliendo, arriesgándose, aprendiendo, estando atenta a los signos de los tiempos".

"Quiero de un modo especial pedirle a la Virgen del Trono que tengo el gusto de venir a visitar cada lunes y a sus pies rezar el rosario, por nuestra diócesis de San Luis, nuestra provincia, para que nuestra Iglesia sea como ella: una Iglesia que se arriesga, que sale, que no se queda, que evangeliza y que proclama la grandeza del Señor, desde el momento que estamos viviendo", rezó.

"Nos toca hoy proclamar estas grandezas y trabajar para que los pequeños, como dice el Magníficat: 'derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes'. Vamos a pedir que nuestra Iglesia siempre camine junto a los humildes, reconociéndolos y elevándolos, reconociendo la obra que Dios va haciendo en los más pequeños", concluyó.+