La armonía se encuentra, no se impone, recordó el Papa

  • 26 de septiembre, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Francisco recibió a las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia, reunidas en capítulo general, a las que animó a ser "profetas de la escucha".

El papa Francisco recibió este lunes 26 de septiembre de 2022, en el Palacio Apostólico Vaticano, a las participantes en el Capítulo General de las Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia.

El pontífice les dirigió unas palabras tomando el tema del capítulo general: “Escuchar humildemente y con sinodalidad”. De ahí su recomendación de ser "profetisas de la escucha", "escuchar la voz de Dios, que nos llama amar a todos sin distinción, amar la creación como su don, ver en todos su grandeza, como nos enseña San Francisco en el Cántico de las Criaturas”. 

Todo esto, explicó Francisco en su intervención en castellano, implica la capacidad de "ir a contracorriente" respecto de la cultura dominante, que corre el riesgo de convertirnos en esclavos "de quienes tienen la capacidad de influir, a través de los medios de comunicación, en la educación", la opinión pública o la política, "imponiendo sus agendas”. 

Del mismo modo, el Santo Padre subrayó la necesidad de "buscar el silencio, separarnos del mundo, del ruido”, a “prestar atención y con paciencia artesanal para identificar los diferentes sonidos, sopesarlos y distinguirlos”. “Solo el silencio puede crear armonía, porque la armonía no se encuentra, no se impone”, dijo el Papa.

“La tentación, en cambio, es tener una hermosa melodía en la cabeza y rechazar o desechar todo lo que no es está de acuerdo con eso. Es un gran orgullo, que hay que combatir con nuestro silencio profético”, advirtió Francisco: “Si somos capaces de escuchar, podemos escuchar claramente todas las voces, entender su orden, a qué responder, qué decidir”.

“El único capaz de dar armonía a la comunidad es el Espíritu Santo”, añadió, improvisando fuera del texto preparado, “porque la armonía no se encuentra, no se impone”, reiteró.

Finalmente, el Santo Padre alentó a las religiosas a que como Pilatos, delante de la Verdad desnuda pidamos, con las palabras de san Pablo VI, que el silencio de Nazaret que cultivó la Sagrada Familia, les enseñe en su especifica vocación como religiosas, “el recogimiento y la interioridad, el estar siempre dispuestas a escuchar las buenas inspiraciones y la doctrina de los verdaderos maestros, la necesidad y el valor de una conveniente formación, del estudio, de la meditación, de una vida interior intensa, de la oración personal que sólo Dios ve”, de modo que sean siempre profecía de esa escuela del Evangelio que es para el mundo camino de salvación.+