Tomar conciencia de la misión de los católicos en este tiempo

  • 17 de agosto, 2012
  • Mar del Plata (Buenos Aires)
El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, invitó a una mayor toma de conciencia sobre la misión que cabe a los católicos en este tiempo, al celebrar la Eucaristía de la dedicación del templo y del altar de la parroquia de la Asunción de la Santísima Virgen. "Asistimos a una marginación de Dios, sea práctica o teórica, en la vida pública y privada. Son muchos en nuestros días quienes, en la búsqueda de una libertad ilusoria fuera de la verdad misma, consagran como derechos sentimientos subjetivos. Se niega la existencia de una verdad moral objetiva de validez universal, pues la moral es siempre resultado de una construcción cultural, fundada en el consenso y relativa a una época", advirtió.
El obispo de Mar del Plata, monseñor Antonio Marino, invitó a una mayor toma de conciencia sobre la misión que cabe a los católicos en este tiempo. Lo hizo en la celebración eucarística de la dedicación del templo y del altar de la parroquia de la Asunción de la Santísima Virgen. "La misión de la Iglesia en todos los tiempos aparece a los ojos incrédulos como un imposible humano: hacer de este mundo ?una morada de Dios en el Espíritu?. Convertir a la sociedad en ?casa de Dios? y, por eso mismo, una casa más humana para el mismo hombre", subrayó. El prelado advirtió que "el contraste entre la belleza de lo que aquí celebramos y el clima cultural que nos rodea, se ha ido agravando en forma alarmante en los últimos años", y recordó que "la belleza es ante todo una dimensión esencial de la realidad y no algo que le añadimos. Tiene que ver con el buen orden, la integridad de las cosas, con su verdad, el respeto de su sentido, el deleite visual y auditivo, y con el amor". "El hombre caído y oscurecido por el pecado, puede sufrir en forma progresiva un eclipse de la verdad, aun en aspectos de suyo accesibles a la razón natural. Asistimos así a una marginación de Dios, sea práctica o teórica, en la vida pública y privada. Son muchos en nuestros días quienes, en la búsqueda de una libertad ilusoria fuera de la verdad misma, consagran como derechos sentimientos subjetivos. Se niega la existencia de una verdad moral objetiva de validez universal, pues la moral es siempre resultado de una construcción cultural, fundada en el consenso y relativa a una época", sostuvo. Monseñor Marino puntualizó que "si la belleza se vincula con la verdad y con el debido orden de las cosas, su contrario es el naufragio de la verdad y la descomposición de lo real". "Al contemplar hoy tanta belleza, pidamos a la Virgen asunta a la gloria del cielo que con su ejemplo de nueva Eva nos ayude en la lucha contra el dragón, y con su intercesión nos fortalezca para mantener el deseo de edificar desde la tierra una ?casa espiritual?, un mundo que al glorificar con ella a Dios, se vuelva también más humano y fraterno", concluyó.+ Texto completo de la homilía