Card. Stella: Juan Pablo I es "el rostro de una Iglesia humilde, trabajadora y serena"

  • 2 de septiembre, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
Conferencia de Prensa en el Vaticano de presentación de la beatificación del papa Juan Pablo I, que tendrá lugar el domingo 4 de septiembre en la Plaza de San Pedro.

El cardenal Beniamino Stella, postulador de la causa de beatificación del papa Juan Pablo I; la doctora Stefania Falasca, vicepresidenta de la Fundación Vaticana Juan Pablo I y vicepostuladora de la Causa; el padre Davide Fiocco, en representación de la diócesis de Belluno-Feltre; la doctora Lina Petri, sobrina de Albino Luciani; la hermana Margherita Marin, de las Hermanas de María Bambini; y el sacerdote argentino Juan José Dabusti, participaron este viernes 2 de septiembre en la Sala de Prensa de la Santa Sede de la presentación de la ceremonia de beatificación del papa Juan Pablo I, que tendrá lugar el domingo 4 de septiembre en la Plaza de San Pedro.

“La santidad del papa Luciani, es importante para la Iglesia y para el mundo de hoy porque a través de su ejemplo estamos llamados al corazón de la vida cristiana: a la humildad y a la bondad de quien sabe reconocerse pecador necesitado de misericordia, de los que quieren servir con entrega generosa y buenas obras a los demás, anunciando la alegría del Evangelio”, expresó el cardenal Stella.

El postulador de la causa de beatificación de Juan Pablo I destacó que “Luciani nos testimonia el rostro de una Iglesia humilde, trabajadora y serena, preocupada por seguir a su Señor, lejos de la frecuente tentación de medir la incidencia y el valor del Evangelio desde el estado de opinión del pueblo, o de la sociedad, hacia uno mismo”. 

"Albino Luciani -concluyó el cardenal- nos enseñó a través de su testimonio como obispo, que él tiene en el corazón la dimensión universal de la Iglesia, la importancia del amor generoso y la obediencia incondicional al Sucesor de Pedro, así como el gran valor de la unidad y comunión episcopal. Varios episodios de su biografía nos hablan de esta actitud, fruto de su profunda fe, que reconoce la importancia de la comunión eclesial, a veces vivida en el sacrificio y en la renuncia a posiciones y percepciones personales, por el bien de la Iglesia y de su vocación innata a la unidad, tan deseada por Jesús en la Última Cena”.

“Apóstol del Concilio, una reliquia"
Por su parte Stefania Falasca describió “haber prestado un servicio a la verdad histórica, aportando toda la documentación necesaria para poder hablar realmente de Juan Pablo I, que hasta entonces había tenido un espacio modesto, poco frecuentado a nivel histórico e historiográfico. Gracias a un proceso que duró 19 años”.

A través de la recopilación de fuentes documentales, dijo Falasca "fue posible poner en marcha un proceso de reconstrucción histórica no improvisada, para resaltar la dignidad del patriarca y del sucesor de Pedro, su cultura pastoral, su formación como apóstol del Concilio y restaurar así la totalidad de un camino del que el pontificado fue sólo la punta del iceberg”. 

A través de la transcripción de sus intervenciones, que para Luciani aún no se habían hecho, y la de las notas autografiadas del diario y el bloc de notas, la vicepostuladora de la causa explicó: “Hoy vemos todo lo que dijo de manera completa y entendemos que no quedó nada a la imaginación, en todo el proceso de sacerdote al trono de Pedro”. 

Por otra parte, contó la también vicepresidenta de la Fundación Juan Pablo I, que la reliquia que será llevada al Papa en la celebración del próximo domingo es una novedad, por lo general uno lleva una reliquia perteneciente al cuerpo, en este caso se trata de “un escrito autografiado de tipo espiritual, proveniente de los papeles del archivo privado Albino Luciani, patrimonio de la Fundación Vaticana Juan Pablo I. En una pequeña hoja blanca amarillenta por el tiempo, hay un esquema de reflexión espiritual sobre las tres virtudes teologales -fe, esperanza y caridad- que recuerda directamente las tres audiencias generales del 13, 20 y 27 de septiembre de 1978”. 

El mensaje del papa Luciani, con su referencia a la humildad, concluyó Falasca, “tiene un fundamento teológico, pero también el gran calibre de mezclar lo sagrado y lo profano, 'nova et vetera', con una gran sencillez que llega a todos y lo hace único. Las raíces de su santidad se encuentran en la esencia misma de la fe, la esperanza y la caridad”.

El papa Francisco en la beatificación
La beatificación de Juan Pablo I, el último Papa italiano hasta la fecha, será beatificado por el papa Francisco el domingo 4 de septiembre a las 10.30 (hora de Roma) en la basílica de San Pedro.

El pedido de elevación del Siervo de Dios a los altares será presentado por el obispo de su diócesis natal de Belluno-Feltre, monseñor Renato Marangoni, junto con el postulador de la causa, cardenal Beniamino Stella y la vicepostuladora Stefania Falasca. Entre los concelebrantes estará el obispo de Vittorio Veneto, monseñor Corrado Pizziolo, que llegará a Roma con un grupo de al menos 350 fieles de la diócesis que presidió el futuro Papa entre 1958 y 1969 antes de convertirse en Patriarca de Venecia.

El día anterior, el 3 de septiembre por la tarde en la basílica de San Juan de Letrán, el vicario general de la diócesis de Roma, cardenal Angelo De Donatis, encabezará la vigilia de oración antes de la beatificación.

El domingo 11 de septiembre, en la plaza de Canale d'Agordo, ciudad natal de Juan Pablo I, los fieles de las tres diócesis asociadas a él: Belluno-Feltre, Vittorio Veneto y Venecia, participarán en la acción de gracias por la beatificación del Papa “de la sonrisa”. La misa será presidida por el Patriarca de Venecia, monseñor Francesco Moraglia.

Juan Pablo I
Albino Luciani, nació el 17 de octubre de 1912 en Forno di Canale (hoy Canale d'Agordo) en el noreste de Italia. Fue ordenado sacerdote el 7 de julio de 1935. El 15 de diciembre de 1958, san Juan XXIII lo nombró obispo de Vittorio Veneto y lo ordenó personalmente el 27 de diciembre del mismo año en el Vaticano. Exactamente 11 años después -el 15 de diciembre de 1969-, san Pablo VI lo nombró Patriarca de Venecia, y el 5 de marzo de 1973, lo hizo parte del Colegio Cardenalicio en el consistorio.

En el cónclave del 26 de agosto de 1978, el cardenal Luciani fue elegido Papa y fue el primero en la historia en tomar dos nombres: Juan Pablo I. Murió inesperadamente la noche del 28 de septiembre de 1978, luego de 33 días en el cargo. Fue el décimo pontificado más corto en la historia de la Iglesia y el primero tan corto, desde la época de León XI (1605).

El 17 de junio de 2003, san Juan Pablo II permitió la apertura de su proceso de beatificación, que se inició en la diócesis de Belluno el 23 de noviembre de ese año y finalizó el 10 de noviembre de 2006. Los expedientes del proceso fueron trasladados a la Congregación para las Causas de los Santos. En noviembre de 2017, el papa Francisco anunció un decreto sobre las virtudes heroicas de Juan Pablo I, y el 13 de octubre de este año, el decreto reconociendo un milagro por su intercesión.

Será el quinto Papa del siglo XX en ser elevado a los altares, después de Pío X (1903-1914), Juan XXIII (1958-1963), Pablo VI (1963-1978) y Juan Pablo II (1978-2005).+