Francisco a los Institutos Seculares: estar en las calles donde se pisotean los derechos

  • 25 de agosto, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
El pontífice recibió este jueves 25 de agosto a los participantes en la asamblea general de la Conferencia Mundial de Institutos Seculares en el Vaticano

El papa Francisco recibió en la mañana de este jueves 25 de agosto, en el Salón del Consistorio del Palacio Apostólico Vaticano, a los participantes en el encuentro promovido por la Conferencia Mundial de Institutos Seculares (CMIS) con el tema: "El servicio de la autoridad y la sinodalidad”.

El pontífice les recordó que “la vocación de ustedes es una vocación de frontera, a veces mantenida en la discreción del secreto”, y añadió que “es también una vocación que abre caminos fronterizos para no quedarse quieto”.

“Están llamados a vivir toda la precariedad de lo provisional y toda la belleza de lo absoluto en la vida ordinaria, en las calles por donde caminan los hombres, donde el cansancio y el dolor son más fuertes, donde se desprecian los derechos, donde la guerra divide a los pueblos, donde la dignidad es denegada. Es allí, como nos mostró Jesús, que Dios nos sigue dando el don de la salvación”. 

El Santo Padre puso fuerte énfasis en abrir caminos incluso cuando faltan fuerzas porque no se le reconoce como pastor y sobre todo, recuerda, en "contextos eclesiales bloqueados por el clericalismo, que es una perversión".

“Pienso en sociedades donde se niegan los derechos de la mujer y donde tú, como sucedió también en Italia con la beata Armida Barelli, tienes la fuerza para cambiar las cosas promoviendo su dignidad. Pienso en esos lugares, que son muchos, en la política, en la sociedad, en la cultura, donde dejas de pensar, te acomodas a la corriente dominante o a tu propia conveniencia, mientras estás llamado a recordar que el destino de todo hombre está ligado al de los demás. 

Una vocación inmersa en el mundo
La reflexión del Papa parte de la palabra "secularidad", misión y vocación de una Iglesia en salida, una Iglesia "no lejana, no separada del mundo, sino inmersa en el mundo y en la historia para ser su sal y su luz, el germen de unidad, de esperanza y de salvación". Una Iglesia llamada a escuchar y a participar al “estilo de Dios”.

“Su misión particular los lleva a estar entre la gente, a conocer y comprender lo que pasa en el corazón de los hombres y mujeres de hoy, a gozar juntos y a sufrir juntos, con el estilo de la cercanía”.

Francisco subrayó una vez más la importancia de ser “buscadores de sentido con todos los hombres y mujeres de este tiempo, custodios de la alegría de una misericordia hecha carne en nuestra vida”.

“La Iglesia –subrayó el Papa- no es un laboratorio para calmarse y descansar, la Iglesia es misión”. 

Este camino exige desquiciar hábitos que ya no hablan a nadie, romper esquemas que encauzan el anuncio, sugiriendo palabras encarnadas, capaces de llegar a la vida de las personas porque se nutren de su vida y no de ideas abstractas.

La última recomendación del Papa se refiere a la actitud que hay que tomar, haciendo presente al mundo “la laicidad con mansedumbre, sin pretensiones pero con determinación y con esa autoridad que viene del servicio”. Siempre a la escucha del Espíritu.

“Que el de ustedes –concluyó- sea el servicio de la semilla, el servicio de la levadura, el servicio oculto y, al mismo tiempo, evidente que sabe morir en los acontecimientos -incluso eclesiales- para que cambien desde dentro y den fruto de bien. Sin cansarse, de llevar al mundo “el anuncio de una vida nueva, de una fraternidad universal y de una paz duradera”.+