El Papa a los legisladores católicos: Sean capaces y con espíritu solidario

  • 25 de agosto, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
"Justicia, fraternidad y paz", son las tres palabras en las que centró el Papa su discurso a los parlamentarios católicos de la Red Internacional de Legisladores Católicos a los que recibió hoy.

“El reto de ustedes es trabajar para salvaguardar y potenciar en la esfera pública las justas relaciones que permitan a cada persona ser tratada con el respeto y el amor que le corresponde”, dijo el papa Francisco, este jueves 25 de agosto, a los participantes en el encuentro promovido por la Red Internacional de Legisladores Católicos a los que recibió en el Palacio Apostólico.

En un discurso centrado en tres palabras: justicia, fraternidad y paz, el pontífice aseguró que “no puede existir una sociedad justa sin el vínculo de la fraternidad, es decir, sin un sentido de responsabilidad compartida y preocupación por el desarrollo y el bienestar integral de todos los miembros de nuestra familia humana”.

La International Catholic Legislators Network (Red Internacional de Legisladores Católicos), es una organización fundada en Trumau (Austria) en 2010 bajo el patrocinio del arzobispo de Viena, cardenal Christoph Schönborn, que estaba presente en la sala, junto con el presidente Alting von Geusau y el patriarca de la Iglesia Ortodoxa Siria, Ignatius Aphrem II.

El Papa señaló en su discurso el camino a seguir para "sanar nuestro mundo, tan severamente probado por rivalidades y formas de violencia que surgen del deseo de dominar en lugar de servir".

"Necesitamos, dijo, no solo ciudadanos responsables, sino también líderes capaces, inspirados en un amor fraterno dirigido sobre todo a quienes se encuentran en las condiciones de vida más precarias”. Por ello, el aliento a “sus continuos esfuerzos, a nivel nacional e internacional, para la adopción de políticas y leyes que busquen enfrentar, con espíritu solidario, las numerosas situaciones de desigualdad e injusticia que atentan contra el tejido social y la dignidad intrínseca de todas las personas". 

Finalmente, el esfuerzo por "construir nuestro futuro común que requiere la búsqueda constante de la paz". “La verdadera paz solo puede lograrse cuando nos esforzamos, a través de procesos políticos y legislativos con visión de futuro, para construir un orden social basado en la fraternidad universal y la justicia para todos”. 

Precisamente el sentido de la justicia, entendida como "la voluntad de dar a cada uno lo suyo", afirma el Pontífice, implica "acciones concretas encaminadas a promover relaciones justas con Dios y con los demás, para que florezca el bien de los individuos y de la comunidad".

En el mundo actual, son muchas las personas que piden justicia, especialmente los más vulnerables, que a menudo no tienen voz y que esperan que los dirigentes civiles y políticos protejan, mediante políticas y leyes públicas eficaces, su dignidad de hijos de Dios y la inviolabilidad de sus derechos humanos básicos.

El pensamiento del obispo de Roma se dirige "a los pobres, a los emigrantes, a los refugiados, a las víctimas de la trata de seres humanos, a los enfermos, a los ancianos y a todas los demás individuos que corren el riesgo de ser explotados o descartados por la actual cultura actual que usa y tira, «la cultura del descarte»".

"Si queremos sanar nuestro mundo, tan duramente afectado por rivalidades y formas de violencia que surgen del deseo de dominar en lugar de servir, necesitamos no sólo ciudadanos responsables, sino también líderes capaces, inspirados por un amor fraterno dirigido sobre todo a quienes se encuentran en las condiciones de vida más precarias".

Al final de su discurso, el Papa exhortó a los asistentes a la audiencia a “convertirse en levadura para la renovación de la vida civil y política, testigos del 'amor político' por los más necesitados”.+