Hijas de la Inmaculada Concepción recuerdan a su fundadora, la madre Eufrasia Iaconis

  • 10 de agosto, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
Fue durante una misa por un nuevo aniversario de su fallecimiento presidida, en su casa madre de Buenos Aires, por el cardenal Mario Poli, quien la recordó como "una mujer artesana de la paz".

Las Hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires celebraron el 2 de agosto la jornada dedicada a su fundadora, la venerable Madre Eufrasia Iaconis, al cumplirse un nuevo aniversario de su fallecimiento.

La misa en la capilla de la casa madre de las religiosas, donde están los restos de la fundadora, fue presidida por el azobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, y concelebrada por los presbíteros Oscar Naef, Gustavo Gallino, Dante De Sanzi y Federico Boccacci.

Las religiosas explicaron que, junto al purpurado, escogieron para esta conmemoración la misa mariana María, Reina de la Paz, con el deseo de poner en manos de la Virgen Inmaculada a "toda la humanidad, tan necesitada de la paz de Cristo".

Acompañó el Grupo de Música Litúrgica, dirigido por Santiago Pusso y el Padre Esteban Sacchi.

Junto con la madre general, hermana Mabel Vetti, y parte del Consejo, participaron las comunidades religiosas de las comunidades de Buenos Aires, con delegaciones de los tres colegios porteños: Instituto Inmaculada Concepción, Instituto Nuestra Señora del Carmen e Instituto San José, y los colaboradores FIC.

“Me imagino a la madre Eufrasia como una mujer dispensadora de paz, que se alimentaba en la caridad y en la oración. Concebía la paz y la unión cordial entre sus hijas como don indispensable para vivir y obrar conforme al Evangelio. Ella también entendió que la verdadera paz es la que irradia la presencia del Señor resucitado entre nosotros", destacó el cardenal Poli en la homilía. 

El purpurado porteño recordó lo que les decía a sus hijas: "Carísimas hijas en el Señor: ¡Pax vobis! ¡Aleluya! Todo nos incita a la alegría, a la dicha espiritual. Gocemos pues, unidas a Jesús resucitado y nuestra felicidad sea el fiel reflejo de nuestros corazones llenos de Jesús y de santos deseos de amarle y de hacerle amar de quien nos rodea. La paz más pura y santa reine entre vosotras, esa paz que proviene de la tranquilidad de la conciencia y del cumplimiento exacto de vuestros deberes. Este es el modo más seguro de dar gusto al Señor, y también a mí, que no anhelo más que vuestra perfección. Espero, pues, que la paz y la unión continuará reinando entre vosotras, como en el pasado".

"Queridos amigos, necesitamos de la paz. La paz abre la puerta de la felicidad de cada uno. Imitando a los que nos precedieron en la fe y en la caridad, y siguiendo las huellas de María en la Visitación, mujer artesana de la paz, pidamos al buen Dios que pacifique nuestro corazón, para poder vivir conforme a las bienaventuranzas que nos enseñó Jesús”, concluyó el cardenal Poli.

Al finalizar, se rezó la oración a la venerable, para pedir por tantas necesidades de los devotos que se confían a su intercesión.+