Mons. Lozano: "La paz nos espera, vayamos a su encuentro"

  • 26 de junio, 2022
  • San Juan (AICA)
El arzobispo de San Juan de Cuyo habló sobre las situaciones de violencia en el mundo, sobre todo en América Latina, y aseguró: "Un grito tan ensordecedor como contenido clama '¡queremos la paz'".

“La violencia parece no tener fin en el tiempo ni conocer límites geográficos. En ningún lugar del mundo se escapa al riesgo de ver el derecho a la vida vulnerado”, advirtió monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo y secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).

El arzobispo sanjuanino hizo referencia puntual a la guerra en Ucrania que “se sigue extendiendo en un tendal de destrucción y muerte”, y al reciente asesinato de dos sacerdotes y un laico en México.

“No fue algo casual sino un proceso sistemático de avance del crimen organizado”, denunció, y recordó que en un mensaje que el Celam publicó el viernes se expresaba: “Rechazamos y condenamos este infame crimen que enluta e indigna a toda la nación y a la Iglesia católica de nuestro continente, y lo hacemos abrazando y denunciando todas las múltiples expresiones de violencia, abuso y opresión que siguen teniendo lugar en nuestra región, las que lastiman siempre más a los más vulnerables y quienes caminan con ellos”.

Tras subrayar que “en varios países de América Central las pandillas delictivas controlan las calles”, detalló: “Deciden quién vende y quién compra, y a qué precio. Quién vive y quién muere”.

“En otros lugares de la región los padres prostituyen a sus hijas adolescentes por comida”, agregó. 

Monseñor Lozano también se refirió a la situación en la Argentina, donde –aseguró- hoy estamos teniendo niveles crecientes de inseguridad” y profundizó: “Ciudades y barrios en los que no se puede andar solo por la calle después que empieza a bajar el sol, ni tampoco a la hora de la siesta. El miedo a salir se ha vuelto un sentimiento demasiado frecuente”.

“Durante el tiempo de confinamiento y encierro debido a la pandemia ha crecido la violencia en el interior de la familia, siendo la amplísima mayoría de las víctimas mujeres y niños”.

“Un grito tan ensordecedor como contenido clama ‘¡queremos la paz!’”, concluyó.+