Mons. Ojea: Jesús nos propone esa libertad destinada a servir a los demás

  • 26 de junio, 2022
  • Buenos Aires (AICA)
En su reflexión, correspondiente al decimotercer domingo del tiempo ordinario, el obispo de San Isidro subrayó que el "hombre tiene que decidir delante de Dios su destino".

El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Vicente Ojea, comenzó su reflexión en el decimotercer domingo del tiempo ordinario recordando que cuando Jesús estaba decidido a cumplir la voluntad del Padre, a ir hacia la Cruz, “sus amigos, los apóstoles, no lo entendieron ni quisieron entenderlo, y buscaban cualquier alternativa, cualquier diagonal, como para poder poner el problema aparte”.

En ese sentido, el presidente de la CEA expresó que “es notable la incomprensión que recibió Jesús de parte de los apóstoles”, quienes parecía que solo buscaban “lotearse el Reino, dividirse el Reino entre ellos y dejar solo a Jesús”.

Seguidamente, resaltó cómo muchas veces se piensa solamente “en la cuota de poder que yo voy a adquirir cuando estoy siguiendo a una persona”, asegurando que “Jesús no tiene nada que ver con esto”, porque “Jesús nos ofrece una libertad distinta”. 

Entonces, manifestó, “para poder, en la vida definir un sentido, es necesario tomar una decisión profunda que tiene que ver con dejar, con despegarse, de aquellos que influyen de alguna manera sobre mí; mi familia, mis ancestros; el hombre es un singular, el hombre tiene su libertad, el hombre tiene que decidir delante de Dios su destino y a veces estamos tan teledirigidos, tan dependientes de otros, decimos lo que escuchamos, decimos lo que creemos que es correcto decir pero qué falta de pensamiento y qué falta de libertad hay en el mundo en que vivimos”.

El obispo de San Isidro expresó que “Jesús nos propone ponernos delante de nuestra conciencia, poder despegarnos de lo que nos condiciona para poder adquirir esa libertad que no es cualquier libertad; no es la libertad egoísta sino la libertad de servir a los demás”. “Así el Señor, solo pero solo con su Padre,  jugará la vida por nosotros en ese acto de suprema libertad que es la entrega sin ningún modo de estar atado a otros sino porque el Señor decide, nos llama a vivir en profundidad, esa libertad”, continuó.

Finalmente, el presidente del Episcopado animó a “ponernos delante de la Cruz de Cristo” para agradecerle “toda esa libertad que él nos dio entregando su vida por nosotros y pidámosle ser singularmente nosotros mismos y no fotocopias de los demás”.+