Mons. Cargnello: "Valoremos la Eucaristía, fuente de la unidad de nuestras familias"

  • 22 de junio, 2022
  • Salta (AICA)
En la solemnidad del Corpus Christi, el arzobispo de Salta llamó a recuperar la práctica de la misa dominical en familia y a cada una de ellas en el altar y pedir para "que el Señor nos haga uno".

El arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, presidió la misa por la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo en el atrio de la catedral basílica Señor y Virgen del Milagro, y encabezó la posterior procesión con el Cuerpo Eucarístico de Jesús por las calles de la capital salteña.

“¡Qué importante es descubrir en nuestra vida la centralidad de la Eucaristía! ¡Poder comer el Pan que me ofrece el Padre Dios, que es Jesús!”, exclamó durante la homilía, y profundizó: “Es una comida que tiene el sello de una alianza, de un pacto que se renueva, de un Dios que se entrega y de un Dios que me transforma, porque detrás de ‘esto es mi Cuerpo que se entrega por ustedes, esta es mi Sangre que se derrama por ustedes', resuena el mandato del Señor que escuchábamos en el Evangelio: ‘denles ustedes de comer’”.

El arzobispo salteño subrayó que “el cristiano sabe y aprende con el paso del tiempo cómo la Eucaristía me va cambiando la mirada y transformando el corazón, me va haciendo salir de mí para descubrir la necesidad del otro, me va haciendo descubrir que ese movimiento saca lo mejor de mí y me hace feliz y es el que anticipa el proyecto de eternidad”.

“No hay nada más contradictorio con la Eucaristía que una mirada cerrada, autorreferencial –diría Francisco-, egoísta o posesiva del Señor.  El Señor viene a romper cualquier esquema posesivo y a convertir mi vida en una entrega, no hay otra. Nosotros celebramos este misterio que se renueva generación tras generación, cristiano tras cristiano, hasta que Él vuelva: ‘anunciamos tu Muerte, proclamamos tu Resurrección, ven Señor Jesús’”.

“En ese movimiento que brota de Dios y que anidando en el corazón me saca para ir hacia el otro para regresar al Padre, ahí vamos trabajando para ser nosotros también, como es la Eucaristía, fuente y alimento de la unidad de los hombres, con Dios y entre sí. Alimento y razón de ser de la Iglesia, tenemos que aprender el arte de trabajar el corazón para hacer nuestra la Pasión de Jesús: que todos sean uno. El misterio de la Eucaristía nos desafía y nos provoca día a día a vencer todas las tentaciones sutiles o groseras que intenten romper la unidad con los hermanos”, sostuvo.

Monseñor Cargnelo invitó a la feligresía a pedirle al Señor “la gracia de descubrir la grandeza de poder ser comensales de Jesús, del Padre que nos da a Jesús como alimento en la unidad del Espíritu en cada Eucaristía”.

“Agradezcamos que en nuestros templos la mesa del altar esté siempre dispuesta para renovar el sacrificio. Valoremos la Eucaristía, fuente de la unidad de nuestras familias. Recuperemos la práctica de la misa dominical en familia en este Año de la Familia. Pongamos a cada una de nuestras familias en el altar y pidamos para que el Señor nos haga uno”, concluyó.

» Texto completo de la homilía

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