El "cuyano" Gustavo Manuel Larrazábal CMF ya es obispo auxiliar de San Juan de Cuyo

  • 18 de junio, 2022
  • San Juan (AICA)
Recibió la ordenación episcopal en una liturgia en el Estadio UPCN Vóley. Emocionado, agradeció al papa Francisco por su confianza y por su cercanía para ejercer este nuevo servicio a la Iglesia.

El nuevo obispo titular de Buslacena y auxiliar de San Juan de Cuyo, monseñor Gustavo Manuel Larrazábal CMF, recibió su ordenación episcopal hoy, sábado 18 de junio, en el marco de una celebración eucarística de consagración en el Estadio UPCN Vóley de la capital sanjuanina.

El lema elegido por el flamante obispo con el que guiará su tarea episcopal es “Adorar, caminar y acompañar”, palabras que el papa Francisco les dijo a los claretianos al finalizar su XXV Capítulo General en 2015.

Consagrante principal fue monseñor Jorge Eduardo Lozano, arzobispo de San Juan de Cuyo, y coconsagrantes fueron monseñor Juan José Chaparro CMF, obispo de San Carlos de Bariloche; monseñor Marcelo Daniel Colombo, arzobispo de Mendoza; monseñor Carlos María Domínguez OAR, obispo auxiliar de San Juan de Cuyo, y monseñor Alfonso Rogelio Delgado, arzobispo emérito de San Juan de Cuyo.

La celebración eucarística también fue concelebrada por los obispos Dante Gustavo Braida (La Rioja), Gustavo Gabriel Zurbriggen (prelado de Deán Funes), Darío Rubén Quintana OAR (prelado de Cafayate), Luis Darío Martín (auxiliar de Santa Rosa) y Marcelo Fabián Mazzitelli (auxiliar de Mendoza), y la participación de sacerdotes de los cleros mendocino y sanjuanino.

Asistieron Luis Saguier Fonrouge, director de Culto Católico; el gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y otras autoridades provinciales y municipales.

En la homilía, monseñor Lozano puntualizó que el Espíritu Santo es envío para la plenitud del servicio y no del poder, y la misión se fundamenta en dos verbos: predicar y rezar.

En su homilía monseñor Lozano recordó que recientemente estuvieron con monseñor Larrazábal ante la tumba del beato mártir Enrique Angelelli, donde le pidieron a Dios por su intermedio que les concediera “el don de la entrega generosa que parte de la escucha, de Dios, la Palabra y el Pueblo, teniendo nuestro corazón y oídos atentos en ello”.

Tras la lectura de la bula de designación,  monseñor Larrazábal realizó la profesión de fe y pronunció las promesas episcopales. Durante el canto de las Letanías se postró en el suelo y luego recibió la imposición de manos de los consagrantes, y recibió el libro de los Evangelios, el anillo episcopal, la mitra y el báculo.

Finalmente, monseñor Larrazábal consagró su ministerio a María de rodillas ante la imagen de la Virgen, y bendijo a los fieles.

En su primer mensaje como obispo, monseñor Larrazábal reconoció que es “difícil decir unas palabras” y empezó por dar gracias a Dios, a la Virgen por “este llamado para prestar este nuevo servicio en la Iglesia. Jamás imaginé que el Señor me podía pedir este servicio, y lo hago con tranquilidad, gozo y entusiasmo”.

“Quiero agradecer al papa Francisco, quien me designó, por su confianza y su cercanía, porque ha sido siempre para mí imagen del Buen Pastor”, dijo emocionado.

Luego agradeció a monseñor Lozano por recibirlo “con cariño y confianza” y demás obispos presentes. También la presencia de su familia, entre ellas su madre –doña Argentina- y dos hermanas; a la congregación claretiana que es –dijo- “mi familia” y a los sacerdotes mendocinos con los que trabajó pastoralmente hasta esta designación, sobre todo en el santuario de El Challao.

“Más allá de las chanzas y de las bromas entre mendocinos y sanjuaninos, soy cuyano y ya hice el cambio de domicilio y tengo el DNI en Bartolomé Mitre 250. Y como cuyano quiero ser en este tiempo un sanjuanino más”, concluyó en relación con la dirección del arzobispado local.+