Mons. Schevchuk: "Hay personas que viven en condiciones de un campo de concentración"

  • 17 de junio, 2022
  • Kiev (Ucrania) (AICA)
El primado greco católico denunció vejaciones, abusos y torturas infligidas a los ucranianos en la parte ocupada de Kharkiv. "Hay más de 1.000 personas que esperan una muerte segura", advirtió.

El primado de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Schevchuk, aseguró este viernes 17 de junio, día 114 desde la invasión rusa al país, que “Ucrania está en llamas” y dijo que la comunidad local ha sido testigo de una “gran destrucción” en Kharkiv.

“Pudimos escuchar los testimonios de muchas personas que nos contaban de las vejaciones y abusos, de las torturas infligidas a los ucranianos en la parte ocupada de Kharkiv”, denunció.

“En particular acerca de un gran campo de filtración en el que hay más de 1.000 personas que en realidad están viviendo en las condiciones de un campo de concentración y quizás esperan una muerte segura”, advirtió, y detalló: “Vimos casas derribadas, infraestructuras destruidas en la ciudad”.

Asimismo, indicó que “después de nuestra visita a Sumy, cayeron misiles cerca de la capilla en la que estábamos. Esta mañana se dispararon misiles contra Mykolajiv. Hubo muchos muertos, más heridos y más destrucción”.

La máxima autoridad greco católica de Ucrania reflexionó sobre el don de la fortaleza y le pidió al Espíritu Santo que se lo conceda “a nuestros soldados, a los hijos e hijas de Ucrania que defienden nuestra Patria, a nuestros capellanes militares que acompañan a nuestros militares en estas circunstancias en las que la persona está entre la vida y la muerte”. También a líderes, autoridades y estadistas ucranianos.

Texto de la reflexión diaria
¡Alabado sea Jesucristo! Hoy es viernes 17 de junio de 2022 y Ucrania vive ya 114 días de esta gran guerra que Rusia lleva a cabo contra nuestro pueblo y contra nuestro Estado. Quiero saludar a todos hoy desde Poltava, una ciudad ucraniana muy especial, desde nuestra parroquia “De Todos los Santos del Pueblo Ucraniano”, donde estamos juntos con nuestros sacerdotes, nuestras hermanas, nuestros niños, nuestros fieles y queremos hacerles llegar un sincero saludo poltavo. Sea donde quiera que estén y nos estén escuchando.

Ucrania está en llamas. Desde la región de Kharkiv al norte, hasta la región de Mykolajiv y Khersón en el sur, hay fuertes y sangrientos combates. Nosotros aquí en Poltava damos gracias a Dios por esta mañana pacífica y agradecemos a nuestros soldados, a las Fuerzas Armadas de Ucrania por poder ver este soleado y nuevo día aquí en Poltava.

Ayer en Kharkiv en verdad fuimos testigos de la gran destrucción que ha hecho esta guerra. Pudimos escuchar los testimonios de muchas personas que nos contaban de las vejaciones y abusos, de las torturas infligidas a los ucranianos en la parte ocupada de Kharkiv. En particular acerca de un gran campo de filtración en el que hay más de 1.000 personas que en realidad están viviendo en las condiciones de un campo de concentración y quizás esperan una muerte segura. Vimos casas derribadas, infraestructuras destruidas en la ciudad. Después de nuestra visita a Sumy, cayeron misiles cerca de la capilla en la que estábamos. Esta mañana se dispararon misiles contra Mykolajiv. Hubo muchos muertos, más heridos y más destrucción.

¡Pero Ucrania está de pie! ¡Ucrania está luchando! Y la fe en la victoria de Ucrania se puede ver en los ojos de estos pequeños poltavos, en los ojos de nuestros niños que rezan y trabajan para acercar el día de nuestra victoria.

Cada día de esta semana reflexionamos sobre uno de los dones del Espíritu Santo. Ese Espíritu Santo que el domingo pasado descendió y renovó su presencia en nuestra Iglesia.

Hoy me gustaría meditar con ustedes sobre otro don especial del Espíritu Santo, que es el don de la Fortaleza. Esta Fortaleza que da el Espíritu Santo, especialmente robustece la virtud del valor. Hace que la persona sea valiente no sólo por lo que hace por fuerza humana o por sus propios esfuerzos naturales, sino que ese valor se robustece con este don del Espíritu Santo y se convierte en Fortaleza que permite alcanzar la meta buena que tenemos ante nosotros. La Fortaleza como don del Espíritu Santo disipa los temores que a veces el enemigo quiere infundir en nosotros. Especialmente cuando una persona siente que para conseguir la meta propuesta sus esfuerzos humanos no son suficientes, entonces para ayudar a la persona a tener valor, viene en su ayuda la Gracia divina. Le da fuerza para soportar, para perseverar en circunstancias sobrehumanas. El don de la fortaleza capacita al hombre, con la ayuda de la gracia divina, a alcanzar la meta buena y noble. Todos sabemos que esa meta, que a veces nos parece sobrehumana, es la victoria… la victoria sobre el mal. La victoria de Ucrania sobre nuestro enemigo.

Por eso, hoy pedimos al Espíritu Santo que conceda el don de la Fortaleza a nuestros soldados, a los hijos e hijas de Ucrania que defienden nuestra Patria, a nuestros capellanes militares que acompañan a nuestros militares en estas circunstancias en las que la persona está entre la vida y la muerte. Pedimos el don de la Fortaleza para nuestros líderes, para nuestras autoridades, para nuestros estadistas.

Rogamos, oh, Espíritu Santo, fortalece a Ucrania con el don de la Fortaleza. Y fortalece a los cristianos de Ucrania para que esperando, confiando sólo en Ti, podamos alcanzar esta gran meta. Oh Dios, bendice a Ucrania y a sus hijos.

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.+