La arquidiócesis de Santa Fe tiene un nuevo sacerdote

  • 14 de junio, 2022
  • Santa Fe (AICA)
El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor Sergio Fenoy, ordenó sacerdote al diácono José Luis Lovato este 11 de junio en la catedral de Nuestra Señora de Guadalupe.

El sábado 11 de junio, en una celebración eucarística que presidió en la catedral santafesina Nuestra Señora de Guadalupe, el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor Sergio Fenoy, ordenó sacerdote al diácono José Luis Lovato. Concelebraron con el arzobispo gran número de sacerdotes y numerosos fieles provenientes de Esperanza acompañaron al joven en su ordenación.

Oriundo de la localidad de Llambí Campbell, el joven sacerdote cursó sus estudios filosóficos y teológicos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora. Ejerce su ministerio diaconal en la basílica de la Natividad de la Santísima Virgen, de la localidad de Esperanza, acompañando al presbítero Ernesto Agüera.

En su homilía, monseñor Fenoy señaló la importancia de las discusiones para no alimentar una “falsa paz”. Además, destacó la necesidad de una Iglesia paciente, “que no es una Iglesia lenta ni mediocre, sino que espera, deja crecer, recibe, integra y acompaña. Esa es la Iglesia de Jesús”.

Seguidamente llamó a la fraternidad, no sólo de los sacerdotes, sino de todas las comunidades, donde se pueda discutir en el Espíritu de Jesús, donde cada uno se pueda expresar y no se sienta ofendido. “Esto es el sínodo”, aseguró, donde se escucha con respeto y se aprende.

Invitó a ser “una Iglesia donde no se discute por los espacios de poder, porque ahí está el problema: cuando discutimos para reivindicar nuestros espacios, ahí Jesús no está, sino en el que discute para ver cómo podemos ser más fieles a la misión, para ver cuál es el mejor modo de llevar a Jesús, de evangelizar”.

“Iglesia paciente, Iglesia fraterna”, resumió, y dirigiéndose al nuevo sacerdote lo exhortó: “Encarnala en tu vida, con la ayuda de los santos, y sé para nosotros, tus hermanos mayores, un aliciente”.

El presbítero José Luis celebró su primera misa en la parroquia Santísima Trinidad, de la localidad de Llambí Campbell, y su segunda celebración fue en la basílica de la Natividad de la Santísima Virgen, donde lo acompañaron como concelebrantes los pesbíteros Ernesto Agüera y Javier González.

En su testimonio, el sacerdote aseguró que seguir a Cristo es un camino maravilloso y afirmó que “con su gracia, pude descubrir su presencia en el contacto con los demás, en las distintas situaciones que la vida me fue presentando, en las diferentes actividades pastorales del seminario, como también en el camino recorrido en estos pocos meses en esta querida ciudad de Esperanza ejerciendo mi diaconado, donde Dios se fue valiendo de ellas para que yo pudriera descubrir y conocer su rostro, en el contacto con los enfermos, con los privados de su libertad, con los jóvenes, los niños, los adultos”.

“En todos ellos Dios me regaló esa gracia. No puedo negar que descubrirlo no fue fácil, ya que Dios necesitaba de mi docilidad y apertura, el dejar que el otro me interpelara y me saque de mis prejuicios o ideas, las cuales me daban cierta ‘seguridad’”, reconoció, y afirmó que “sólo al salir de mí mismo y darme a los demás es que Dios comenzó a moldear mi corazón a semejanza del suyo. Igualmente, ¡cuánto me falta todavía para llegar a tener los mismos sentimientos de Cristo! Es por ello que, a pesar de dar el sí definitivo a Dios, soy consciente de que este ‘dejarse moldear’ recién comienza y que llevará toda mi vida”, admitió.+