Mons. Schevchuk: "Hace cien días que corre sangre por el suelo de Ucrania"

  • 3 de junio, 2022
  • Kiev (Ucrania) (AICA)
El primado greco-católico hizo un balance de "la terrible guerra que Rusia trajo a la sufrida y atribulada tierra ucraniana" y destacó que el pueblo no pierde la fe en medio de la muerte y destrucción

El primado de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana, Su Beatitud Sviatoslav Schevchuk, afirmó este viernes 3 de junio que “Ucrania ya está viviendo el centésimo día de esta terrible guerra que Rusia trajo a la sufrida y atribulada tierra ucraniana”.

“Cien días en los que los ucranianos están defendiendo su tierra. Cien días que los ucranianos están conteniendo esta invasión rusa que nos supera en todos los recursos que nosotros podemos contrarrestar contra ellos. Pero han sido cien días de gran manifestación de la presencia de Dios entre nosotros”, evaluó en su reflexión diaria desde el 24 de febrero pasado.

“Ucrania está en pie. Ucrania lucha. Y en el centésimo día tenemos buenas noticias del frente. En las cuatro direcciones nuestras tropas han rechazado al enemigo. En el sur de nuestra Patria, en la región de Khersón, se pudieron liberar más de 20 poblados. Ucrania demuestra su fuerza y su voluntad de ser libre e independiente”, puntualizó.

Monseñor Schevchuk destacó que “el pueblo ucraniano muestra su indestructibilidad en esta lucha y sorprende con ello al mundo”, pero advirtió: “Por cada día de esta resistencia, el pueblo ucraniano paga el más alto precio: ayer, el presidente de Ucrania reiteró que al menos 100 soldados ucranianos mueren cada día y entre 400 y 500 de nuestros combatientes son heridos. Corre sangre por el suelo de Ucrania”.

“Creemos que el Señor Dios es Aquel en Quien podemos y debemos esperar. Y hoy, en este centésimo día de guerra, comenzamos el primer día de la ‘decena misionera’. Diez días de espera de la venida del Espíritu Santo durante los cuales nuestra Iglesia estará pidiendo por un espíritu misionero, pidiendo que seamos capaces de poder compartir nuestra fe con los que aún no son cristianos y que todavía no han conocido a Jesucristo”.

La máxima autoridad greco-católica ucraniana invitó a “rezar por nuestros sacerdotes, monjes, monjas, laicos, que predican a Cristo a los que aún no lo conocen”.

Y pidió una oración especial por nuestros soldados, a los que definió: “Ellos son hoy para nosotros los testigos especiales. Testigos de la presencia de Dios, porque no hay ateos en la línea del frente. Hasta los no creyentes sienten que allí, en ese confín entre la vida y la muerte hay Alguien; y quién es ese Alguien lo saben los cristianos y señalan la presencia del Dios vivo presente entre nosotros en su Hijo Jesucristo”.

“Hoy rezamos por todos los que aún no conocen el verdadero camino, por los que todavía buscan a Dios”, concluyó.

Texto de la reflexión
Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es viernes 3 de junio de 2022 y Ucrania ya está viviendo el centésimo día de esta terrible guerra que Rusia trajo a la sufrida y atribulada tierra ucraniana. Cien días que los ucranianos están defendiendo su tierra. Cien días que los ucranianos están conteniendo esta invasión rusa que nos supera en todos los recursos que nosotros podemos contrarrestar contra ellos. Pero han sido cien días de gran manifestación de la presencia de Dios entre nosotros.

Ucrania está en pie. Ucrania lucha. Y en el centésimo día tenemos buenas noticias del frente. En las cuatro direcciones nuestras tropas han rechazado al enemigo. En el sur de nuestra Patria, en la región de Khersón, se pudieron liberar más de 20 poblados. Ucrania demuestra su fuerza y su voluntad de ser libre e independiente. El pueblo ucraniano muestra su indestructibilidad en esta lucha y sorprende con ello al mundo. Pero por cada día de esta resistencia, el pueblo ucraniano paga el más alto precio: ayer, el presidente de Ucrania reiteró que al menos 100 soldados ucranianos mueren cada día y entre 400 y 500 de nuestros combatientes son heridos. Corre sangre por el suelo de Ucrania...

Creemos que el Señor Dios es Aquel en Quien podemos y debemos esperar. Y hoy, en este centésimo día de guerra, comenzamos el primer día de la “decena misionera”. Diez días de espera de la venida del Espíritu Santo durante los cuales nuestra Iglesia estará pidiendo por un espíritu misionero, pidiendo que seamos capaces de poder compartir nuestra Fe con aquellos que aún no son cristianos y que todavía no han conocido a Jesucristo.

Hoy el Santo Evangelio, la Palabra de Dios, que es la fuente de la Verdad de Cristo en este día, nos cuenta la conversación entre Cristo y sus discípulos en la Última Cena. En ese momento Felipe le pide a Jesús: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta”. Este apóstol muestra la aspiración más profunda de todo hombre: conocer a su Creador, conocer a su Salvador. Esta es la aspiración más profunda que cada persona debe realizar en su vida. Y así, Cristo dice: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” . “Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre está en mí?” 

Ese anhelo, ese deseo de conocer la fuente, el origen de la propia existencia, está arraigado en la búsqueda de todo ser humano. Y esa es la tarea de los discípulos de Cristo. La tarea del creyente llamado al ministerio misionero en la Iglesia es señalar el camino. Señalar ese Camino que es la Verdad y la Vida. De tal modo que cuando hablamos del Camino por el cual podemos conocer al Padre, estamos predicando a Cristo. Cuando hablamos de encontrar la Verdad, para comprender lo que le sucede al hombre, incluso en medio de una violenta guerra, estamos señalando a Cristo. Cuando buscamos la plenitud de la vida, cuando queremos vivir, incluso en tiempos de una invasión militar mortal, estamos predicando a Cristo.

Hoy quiero invitar a todos a recorrer este camino de la decena de la misión. Quiero invitar a todos a rezar por todos nuestros sacerdotes, monjes, monjas, laicos, que predican a Cristo a los que aún no lo conocen y realizan esta obra misionera de nuestra iglesia. Pido una oración especial por nuestros soldados. Ellos son hoy para nosotros los testigos especiales. Testigos de la presencia de Dios, porque no hay ateos en la línea del frente. Hasta los no creyentes sienten que allí, en ese confín entre la vida y la muerte hay Alguien; y quién es ese Alguien lo saben los cristianos y señalan la presencia del Dios vivo presente entre nosotros en su Hijo Jesucristo.

Hoy rezamos por los que aún no conocen el verdadero camino, por los que todavía buscan a Dios. 

Oh Dios, ayúdanos a cumplir nuestra vocación misionera. Oh Dios, bendice a Ucrania. Oh Dios, dales alegría a tus hijos por el encuentro Contigo. Oh Dios, Tú eres nuestra Verdad, Tú eres nuestra Vida, danos vivir en Ti, danos conocerte, Contigo encontrarnos, y hacer que el mundo entero Te conozca.

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén. 

¡Alabado sea Jesucristo!.+