Un joven salesiano hizo su profesión perpetua

  • 30 de mayo, 2022
  • San Justo (Buenos Aires) (AICA)
El estudiante de Teología Gustavo Ortiz, realizó el domingo 22 de mayo su profesión perpetua como Salesiano de Don Bosco.

En una celebración presidida por el Inspector de los Salesianos de Argentina Sur, padre Darío Perera, en el santuario del Sagrado Corazón de Jesús, de San Justo, realizó su profesión perpetua como Salesiano de Don Bosco, el estudiante de Teología Gustavo Ortiz.

El templo estaba lleno de familiares, amigos y salesianos que se acercaron para acompañar a este joven de 37 años que hizo sus votos con el lema “Testimoniar a los jóvenes que Dios existe, y su amor puede llenar una vida”, extraído del artículo 62 de las Constituciones Salesianas.

En la homilía, el padre Perera dijo: “Hoy estamos celebrando un misterioso encuentro entre el llamado de Dios y la apertura, el sí, que hoy vamos a escuchar de Tavo. Toda la existencia humana es siempre ese diálogo misterioso, intenso, comprometedor entre un Dios que llama y la libertad humana que responde”.

“Esta mañana -agregó- es en sí misma un signo de este misterio. Un signo que interroga el sentido del andar humano en este mundo, en esta vida, en esta historia. El interrogante lo podemos formular de muchas maneras: ¿Cómo se explica en pleno siglo XXI, marcado por la exacerbación de la subjetividad, que alguien piense su subjetividad desde la entrega al otro?”. Y apuntó: “La fuerza del anuncio del Evangelio no está en la solidez de los argumentos sino en la osadía de los testigos. Testigo es aquel, querido Gustavo, que es capaz de vivir en carne propia lo que hemos escuchado en el Evangelio: No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. ¿Y que es tu profesión perpetua sino el compromiso de dar toda la vida por los jóvenes más pobres, que tienen que ser tus amigos?”.

Entonces, el Padre Inspector se detuvo para profundizar un poco más en el significado de esta entrega: “El encuentro con Dios no es algo que se da una vez y es para siempre. La raíz de toda experiencia de Dios está en la búsqueda incesante de su rostro, toda vez que nunca poseemos a Dios para siempre. Dios es siempre la eterna pregunta que acompaña nuestro caminar. Y es la pregunta que acompaña a todo hombre. Dios es ese deseo que anida en cada corazón y que a veces se nos aparece como insatisfacción, otras como un intenso deseo de plenitud, tantas como el deseo de felicidad o bienestar”. 

Finalmente, encomendándolo a María Auxiliadora, expresó: “Ella, que le dio el sí al ángel sólo confiando en los misteriosos caminos de Dios, ella que acompañó el camino de Jesús y que permaneció al pie de la cruz, seguramente sin entender esos caminos, cuide de tu consagración y de tu servicio a los Jóvenes.”

Profundamente emocionado, Gustavo Ortiz agradeció la compañía de todos los presentes. “Hice mi profesión perpetua rodeado de mi familia, de mis hermanos salesianos y con las personas que me crucé en estos años compartiendo los distintos patios. En cada uno de ustedes siento la cercanía de Dios que me abrazaba y me invitaba a seguirlo más profundamente de cerca en este camino como consagrado”.

Y continuó: “Y de este modo, testimoniar a los jóvenes y a los más necesitados que su amor puede sostenerlos, escucharlos y acompañarlos en sus vidas”.

“En el mes de María Auxiliadora le pido a nuestra Madre, como lo hizo con Don Bosco, que nos acerque siempre al amor de su Hijo Jesucristo”, finalizó.+