Obispos argentinos presenciaron la ceremonia de canonización de diez nuevos santos en Roma

  • 16 de mayo, 2022
  • Roma (Italia) (AICA)
El arzobispo de La Plata y el obispo de Quilmes relataron cómo se vivió en Roma la celebración que proclamó a diez nuevos santos para la Iglesia.

En el marco de la ceremonia presidida por el papa Francisco el domingo 15 de mayo, el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández y el obispo de Quilmes, monseñor Carlos José Tissera, saludaron a sus respectivas diócesis desde Roma y expresaron sus sensaciones respecto de las canonizaciones de Carlos de Foucauld, María Francisca de Jesús Rubatto, Titus Brandsma, Lázaro -conocido como Devasahayam-, César de Bus, Luigi Maria Palazzolo, Justin Maria Russolillo, Marie Rivier, María di Gesù Santocanale y María Domenica Mantovan, nuevos santos para la Iglesia. 

El arzobispo de La Plata reconoció que “fue una ceremonia impresionante, repleta de gente llegada de muchos países, y fue una de las celebraciones de canonización más numerosas de la historia. Había, por ejemplo, mucha gente de la India, debido a que fue canonizado un laico de ese país. También vinieron muchas personas devotas de Tito Brandsma, mártir del campo de concentración de Dachau, quien dijo a la enfermera que le quitaba la vida: “Rezaré por ti, mi hermana”. El collage de estos 10 santos juntos es de una gran belleza universal”, aseguró.

Asimismo, monseñor Fernández admitió sentirse especialmente conmovido por la canonización de Carlos de Foucauld, "quien me inspiró, como a muchos, desde los tiempos de seminarista. Cabe recordar su opción radical por ser solo de Dios, al decir: ‘Cuando supe que Dios existía, me di cuenta que sólo podía vivir para Él’. O como lo expresaba en su conocida oración: ‘Padre, me pongo en tus manos, con una infinita confianza... No deseo nada más’”.

Recordó además que la entrega de Carlos de Foucauld “comenzó con una ardorosa búsqueda de una vida contemplativa en la más extrema pobreza, pero terminó en un incansable servicio a los más pobres y abandonados de la tierra, en lo profundo del desierto africano. Así como expresó Francisco en Fratelli tutti, cuando se identificó con los últimos, llegó a ser hermano de todos”. Y se encomendó al nuevo santo pidiendo que “interceda por nosotros, para que seamos capaces de entregarlo todo”.

Por su parte, el obispo de Quilmes, señaló que el marco que le dio el pueblo de Dios a esta fiesta "ha sido magnífico, y especialmente la aclamación cuando fue nombrado Carlos de Foucauld”. Seguidamente, monseñor Tissera pidió que “nos inspire la vida y el testimonio” del santo. 

Además, el prelado envió un saludo a la comunidad diocesana de Quilmes a la que tuvo presente en sus oraciones y pidió que Dios la bendiga en todo momento. También recordó que rezó diariamente por la paz en el mundo.

El arzobispo de La Plata compartió también algunos fragmentos de la homilía del papa Francisco durante la celebración, quien remarcó que “somos amados primero, más allá de todo y no por los resultados de nuestro esfuerzo. No se trata de un ideal de santidad demasiado fundado sobre nosotros como conquista de un premio. Así separamos la santidad del polvo de la calle y de las ollas de la cocina. Santificarse es dejarse transfigurar por el amor de Dios”.

Entonces, expresó el Santo Padre, "recordemos el primado de Dios sobre el yo, el primado del Espíritu sobre la carne y el primado del amor sobre las obras. Esto se traduce en servicio humilde y nos desintoxica del individualismo religioso y de la autorreferencialidad. Nos lleva a amar sin reivindicar nada para el propio yo y dar la vida sin pretender pagos o recompensas”.+