Mons. Scheinig llamó a romper con el fatalismo confiando en Dios, que está vivo

  • 19 de abril, 2022
  • Luján (Buenos Aires) (AICA)
El arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, presidió la Solemne Vigilia Pascual desde la basílica y santuario nacional de Nuestra Señora de Luján,

Acompañado por los sacerdotes de la basílica y santuario de Nuestra Señora de Luján, y con una gran concurrencia de fieles, el arzobispo de Mercedes-Luján, monseñor Jorge Eduardo Scheinig, presidió en la noche del 16 de abril la solemne Vigilia Pascual.

En su homilía, advirtió sobre el riesgo de vivir en un clima de fatalismo, que nos hace ver la vida en oscuridad, como una nube que va cubriendo a una persona, a una familia, o hasta a un país, la Iglesia o el mundo.

Al respecto planteó: “¿Cómo se puede vivir así? ¿Cómo se vive en ese clima donde todo está determinado para que la cosa sea de muerte, sea final?”.

Al referirse a la Resurrección, el prelado señaló que “fue una experiencia de intimidad entre Jesús y el Padre, en el silencio de la tumba”. Al respecto, comentó las distintas reacciones de los discípulos frente a los hechos.

El evangelista Lucas, explicó, cuenta las reacciones que “no fueron tan pascuales”. En referencia a las mujeres, señaló que “van a la tumba descreídas” y allí se encuentran a dos hombres resplandecientes. Pero cuando van a hablar con los apóstoles, los apóstoles dicen “estas mujeres están delirando”.

“Pedro va y encuentra la tumba vacía, y nos dice el evangelista, que volvió admirado, pero no creyendo”, recordó el arzobispo, y reflexionó: “A veces es tan fuerte esa actitud que nos toma de fatalismo, de pesimismo, de obstinación, de terquedad, que pasan cosas importantes y no te das cuenta. Y eso es el principio de la desesperanza”, advirtió.

“Estos hombres resplandecientes les dicen a las mujeres – algo que para mí es clave – y que quiero decirles esta noche”, anticipó monseñor Scheinig: “¿Por qué buscan entre los muertos al que está Vivo? ¿Acaso no recuerdan lo que Él les decía en Galilea?”

“¿Qué les decía? Él tenía que sufrir. Tenía que morir, pero iba a resucitar. ¿Acaso ustedes no le creen a Dios, a su Palabra? ¿Cómo se rompe esa actitud negra de la vida, fatal de la vida? Confiando en el Dios que está vivo y nos muestra que está Vivo”, afirmó.

“Es verdad que es asombroso que Jesucristo esté vivo. Pero no es tan asombroso, porque este Dios muchas veces nos ha manifestado que está entre nosotros”, señaló más adelante. Y animó a responder con muchísima sinceridad: “Acaso en tu vida, en tu vida personal ¿Dios no te ha mostrado que está vivo? ¿Vos no podés recordar que Dios en algún momento de tu vida te ha manifestado que está?”

“Es sorprendente que Jesucristo esté vivo, que haya vencido a la muerte. Es el primero, después seguiremos nosotros su camino. Esa es nuestra esperanza. Dios nos manifiesta que está vivo en la historia personal, familiar. Este pueblo de Luján, este pueblo argentino, en este lugar ¿Acaso nosotros en este Santuario, no podemos dar testimonio de que está vivo?”, planteó.

“Es por eso que en esta noche nosotros somos capaces de cantar la alegría de la Resurrección y rompemos esa nube terrible que nos toma y nos hace ver todo negro, y nos hace muchas veces contagiosos de ese modo de ver la vida. Sin darnos cuenta, contagiamos desesperanza, tristeza. ‘Todo está mal. No hay salida. No va a haber salida. La muerte tiene la última palabra’ decimos. Muchas veces nos convertimos en testigos de la muerte”, lamentó. “Pero estamos acá justamente porque creemos que Jesús está vivo. Y somos capaces de animar vida en otros y ayudarlos a ver de otra manera la vida”, consideró.

“Nosotros queremos dar testimonio de que está Vivo, Resucitado, porque así lo experimentamos. En esta noche, queridas hermanas, queridos hermanos, estamos celebrando que el Señor es fiel, nos quiere, nos ama y nos quiere llenos de vida”, aseguró.

“Si creés en el Resucitado, podés enfrentar la vida de otra manera. Y eso ya no es fatalismo. Eso es esperanza. Esto es alegría y eso es ganas de vivir”, aseguró, animando a pedir esta gracia al Señor. “¡Que la fe en este Señor Vivo nos ayude a encarar la vida con mucha esperanza!”, concluyó.+