El arzobispo de Córdoba destacó la importancia de la alegría en el anuncio cristiano

  • 18 de abril, 2022
  • Córdoba (AICA)
"Mi alegría hace creíble el anuncio, es la fuerza del anuncio", sostuvo monseñor Ángel Rossi SJ, en su predicación del Domingo de Pascua en la catedral cordobesa.

El arzobispo de Córdoba, monseñor Ángel Sixto Rossi SJ, presidió la celebración de Domingo de Pascua en la catedral Nuestra Señora de la Asunción, donde recordó que lo esencial del cristiano es el gozo, la alegría del anuncio: “Cristo ha resucitado, esta vivo, no lo busquen entre los muertos, búsquenlo entre los vivos y señalen el camino”. 

“A veces nos cuesta el gozo, nos cuesta terminar de disfutar de la resurrección: yo a veces rumiando tristeza, Vos diciéndome alégrense; yo coleccionando tinieblas y Vos, llénense de luz; yo medio tirado y el Señor diciéndonos ‘tengan ánimo’; yo muchas veces lapidario y el Señor piedra corrida”, graficó.

En la homilía, el arzobispo cordobés lamentó que haya “una resistencia en nosotros a la alegría. A veces, tenemos la sensación que uno es más fiel sufriendo que gozando, lo que es una mentira”, y sostuvo: “El gozo y la alegría es lo más propio” del cristiano.

“Si nos dieran una sola opción, no dos, para responder a la pregunta que es lo más cristiano del cristianismo, debería responder: la alegría, porque seguimos a Cristo resucitado”, aseveró.

“En los tiempos de mucho dolor la alegría toma la forma de la paciencia, es decir, cambio de forma pero no se sacrifica, hay que confiar y esperar que vuelva la alegría. Confiar que volverá la alegría, poner los medios para poder recibir la alegría. Es decir, nos quedamos esperándola, no desterrándola definitivamente del corazón”, explicó.

Monseñor Rossi invitó a la comunidad arquidiocesana a que “se nos meta muy en el corazón este alégrense, el gran mensaje del Señor es la alegría; y después el gozo es esencial, porque es testimonial, no es una elección, no es una yapa; es una necesidad, es una obligación, porque es parte esencial del anuncio”.

“Mi alegría hace creíble el anuncio, es la fuerza del anuncio”, sostuvo.

El arzobispo de Córdoba invitó por último a pedirle esta gracia, especialmente a la Virgen, para que “nos consuele, nos alegre; que sepamos correr hacia el sepulcro y volver del sepulcro, anunciando, pensando por los nuestros y luego por los que están sufriendo al lado nuestro, para decir el Señor está vivo”.+