Exhortación a los sacerdotes a involucrarse en el proceso sinodal impulsado por el Papa

  • 19 de marzo, 2022
  • Ciudad del Vaticano (AICA)
La Santa Sede los anima a continuar sin miedo el camino de la escucha del Pueblo de Dios, arraigados en la Palabra y superando el riesgo de la autorreferencialidad, el inmovilismo y el intelectualismo

El secretario general del Sínodo de los Obispos, cardenal Mario Grech, y el prefecto de la Congregación para el Clero, monseñor Lazarus You Heung sik, escriben a los sacerdotes del mundo recordándoles que una casa acogedora, de puertas abiertas, habitada por el Señor y animada por relaciones fraternas, es el verdadero rostro de la Iglesia que el papa Francisco se propone mostrar a través del proceso sinodal.

El texto reitera la urgencia de la fraternidad en el mundo, que anhela sin quererlo el encuentro con Jesús. La escucha del Espíritu, junto con todo el Pueblo de Dios, es el método para "renovar nuestra fe y encontrar nuevas formas y lenguajes para compartir el Evangelio". Pone de manifiesto -como ya hizo Francisco- los riesgos del “formalismo, que reduce el Sínodo a un eslogan vacío, el intelectualismo, que hace del Sínodo una reflexión teórica sobre los problemas, y el inmovilismo, que nos aferra a la seguridad de nuestros hábitos para que nada cambie, es importante abrir el corazón y escuchar lo que el Espíritu sugiere a las Iglesias". 

Seguros de la riqueza de las experiencias de sinodalidad vividas en esta fase diocesana, el cardenal Grech y monseñor You Heung invitan a los sacerdotes a no considerar el camino sinodal como una carga más de trabajo pastoral, una cosa más que hacer, sino que los animan a utilizar esa mirada contemplativa que se complace en observar los brotes que ya están surgiendo espontánea e informalmente.

El otro temor que hay que disipar -advierten los autores de la carta- se refiere al papel del liderazgo y a la identidad específica de los ministros ordenados. Qué será de ellos, cabe preguntarse. Aquí se invita a "descubrir cada vez más la igualdad fundamental de los bautizados y de estimular a los fieles a participar activamente en el camino y la misión de la Iglesia". En definitiva, la palabra clave es la corresponsabilidad en la evangelización. 

Enraizar la Palabra de Dios en la vida es esencial, de lo contrario se corre el riesgo de caminar en la oscuridad y que las reflexiones se conviertan en ideología. La escucha del otro debe conducir a la aceptación mutua: esto es lo que se subraya de nuevo en el texto, que también advierte del riesgo de la autorreferencialidad. En esencia, es necesario sentirse como una sola familia, empezando por los propios sacerdotes.

"Cuidar que el viaje no nos lleve a la introspección, sino que nos estimule a salir al encuentro de todos", destaca otro párrafo en el que se citan Evangelii gaudium y Fratelli tutti, así como aquel conocido sueño de la Iglesia en salida, con el fuego de la caridad y la brújula de la Palabra.+